Chapter III

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SÁBADO (por la mañana).

Despertó, pasaron varios segundos antes de que se moviese en la cama, tenía la vista fija en el cielo raso, sonrió por varias razones, entre ellas: saldría con Zero. Apartó la manta que cubría su cuerpo y la dejó a un costado de la cama, se impulsó con los brazos y se sentó en ella, aún se encontraba medio dormida. Dio un gran bostezo y se levantó para ir al baño.

La academia era silenciosa, sábado de mañana. El recorrido de su habitación al baño fue un trayecto silencioso, ¿por qué se había levantado temprano? Es decir, sábado a las seis de la mañana, nadie en su sano juicio lo hacía, la prueba más contundente era el hecho de divagar durante algunos segundos.

Abrió la puerta del baño y entró en el, colgó una toalla por el picaporte y cerró la puerta, fue directamente hacia la bañera, abrió los grifos, se sacó la ropa y la tiró en algún lugar del baño. Se metió al agua tibia y se hundió en ella por completo, fue extremadamente relajante meter la cabeza bajo el agua.

Esto se siente bien, pensó. Es muy temprano…

Hubiese puesto música para al menos distraerse, cualquier cosa con tal de no estar tan aburrida en el agua, comenzó a tararear "Radioactive" de Imagine Dragons. Quería reír por sus adentros, de verdad estaba feliz, saldría con Zero.

¿Qué llevaría? Sólo irían al pueblo pero aún así, qué podía llevar. No era de vestirse con colores muy llamativos o brillantes, talvez si se ponía unos pantaloncillos cortos y una blusa suelta, o un vestido strapless, se pondría unas sandalias con plataforma o simplemente unas sandalias que se enlazaban hasta un poco más del tobillo. Iba a sorprenderlo, sorprendería a todos. Si alguien que alguna trabajó con ella en la asociación la veía así no creería que era realmente ella, ¿podía ser que había cambiado? ¿podía ser que era otra persona?

Salió de la bañera y cogió la toalla que se encontraba más cercana, se envolvió con ella y caminó hacia el espejo del baño, apoyó las dos manos sobre el lavado y se miró al espejo. Su pelo escurría agua por todos lados, en sus brazos y hombros se notaban varias gotas de agua, sus ojos tenían un brillo que no solían mostrar, en cuanto su piel, se encontraba con más color que las otras veces que se había mirado al espejo, sus mejillas tenían un suave color rosa y no parecía tan blanca como realmente era.

– Que idiotez…

Había pasado por su mente la posibilidad de que se estaba volviendo humana, talvez, aquel vampiro que dormía dentro suyo había muerto. Dejó de mirarse al espejo, era simplemente una idea loca de su mente aún con sueño, no podía dejar de ser vampiro purasangre, había nacido como tal, aunque dudaba si despertaría a ese vampiro que vivía en ella, sabía que no permanecería dormido para siempre, era un presentimiento que la hizo estremecerse.

Se apartó rápidamente del espejo, escurrió el agua de sus cabellos y comenzó a secarse con la toalla, se vistió y abandonó rápidamente el baño.

No iba a estresarse con semejante estupidez.

Fue a la casa de Cross, ambos habitantes de la casa ya se encontraban despiertos y desayunando.

– ¡Buenos días! –dijo entrando a la cocina.

– Buenos días Shiori-chan –saludó Cross.

– Buenos días –lo siguió Zero, se corrió un lugar para que Shiori se sentase a lado suyo.

– Gracias –Cross observó el gesto de Zero hacia Shiori, dio una sonrisa disimulada. Esos dos se habían vuelto amigos, más que eso, ya eran pareja, parecían felices y por sobre todo, no peleaban o eso trataban se aparentar.

Requiem for a Vampire KnightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora