CAPÍTULO 12

21 6 0
                                    

Pues nada, Izan y yo éramos amigos con derecho.
De verdad cada día entendía menos que coño estaba ocurriendo en mi vida.

Pero en fin, tampoco quiero comerme la cabeza más de la cuenta.

Después de esa conversación habíamos dejado bastante claro que no era nada serio, que lo mantendríamos en secreto y por lo tanto cada cual podía hacer lo que quisiera con su vida.

Así que, correcto todo.

Hoy me tocaba trabajar por fin de forma oficial en Alaska y estaba bastante nerviosa.

- Hola, Lydia, que guapa estás. - Me saluda Will al verme entrar.

- Ojalá pudiera decir lo mismo. - Le respondo riendo, obviamente de broma. Nadie se puede hacer una idea de como me pone. Y en traje, el triple.

- Pues deja de mirarme así, que cuando se te cae la baba te delatas un poco. - Le doy un golpe en el hombro a modo de respuesta y me pongo a preparar la barra en la que me toca servir.

La verdad, Will mola. Es un chico diferente, se qué no podría tratarlo como a otra de mis "víctimas" y además no lo merece.

No es que los demás si que lo merezcan, pero al menos no tengo tiempo de conocerles lo suficiente como para saber cómo son.

No sé si por suerte o por desgracia, probablemente si no tuviera la actitud que tengo, habría estado muy bien con más de uno.

En fin, para que rayarse la cabeza. Últimamente todo está pasando muy rápido y no me ha dado tiempo de cazar a nadie, y me alegro.

Esa filosofía de vida es una puta mierda y me he cansado de portarme como una verdadera zorra con la gente.

Tengo que decir que siempre les avisaba de que solo quería sexo, pero alguna vez sabía que ellos se estaban pillando y no hacía nada.

Ahora resulta que tengo un amigo con derecho, puto Izan, siempre liandola.

Me reí ante mis propios pensamientos y me di cuenta que llevaba un buen rato parada y Will me miraba con una mezcla de risa y preocupación.

- Tranquilo. - Le dije riendo. - No estoy loca.

- No, no. - Dijo riéndose él también. - Aquí cada cual con sus problemas.

Sonreí y él ladeó la cabeza para seguir trabajando y se remangó la camisa. Observé sus brazos con admiración y me fijé especialmente en uno de sus múltiples tatuajes.

Ponía «Audentes fortuna iuvat»
Era realmente precioso.

Me acerqué a él, ya había acabado con lo mío y me quedaban diez minutos hasta que abriéramos.

- ¿Qué significa? Es genial. - Le pregunté tocándole el tatuaje.

Will sonrió de una manera abrasadora y me miró a los ojos.

- La fortuna sonríe a los valientes.

Le miré a los ojos yo también y me sonroje, no se muy bien por qué.

- Me encanta.

- Algún día te contaré la historia completa, es muy intensa. - Dijo riéndose, reí yo también y me alejé para darme los últimos retoques antes de abrir.

-----------------------------------------------------------

Eran ya las 4 de la madrugada, estaba agotada de servir copas y sonreír a gente desconocida viendo como hablaban de negocios, cosas caras y sobre todo, viendo como se emborrachaban.

¿En serio?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora