Capitulo 1

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[Harry]

Me senté, sobando mis adoloridos brazos, intentando alejar el frío. Mi estómago rugía con fuerza, arrugué mi cara ante el dolor que sentí sobre todo mi cuerpo. Con cuidado me levante, volví a arrugar mi cara, mis huesos dolían después de pasar toda la noche en el piso. El viento soplo sin piedad a través de mi chaqueta mientras sujetaba los extremos de esta, apretándola a mi delgado cuerpo. El frío de Diciembre era incesable. Me acerque al suelo, tocando con mis manos el cemento para encontrar mi vaso. Luego de encontrarlo y guardarlo en mi bolsillo, alcance con mis dedos la pared de ladrillos, camine arrastrando mis manos en la pared, para guiarme hasta la esquina en donde esperaría la noche. Contando mis pasos en silencio, llegue a la entrada del callejón. Al entrar, estire mis manos hacia adelante para no chocar con nada al sentarme en el piso, colocando el vaso en frente mío. Mi estómago rugió una vez más mientras acercaba mis manos a mi boca para soplar aire cálido en mis dedos. No tengo dinero para satisfacer mi hambre. Si tengo suerte, podre conseguir suficiente para comprarme algo para cenar. Mi boca se hizo agua con el simple pensamiento. Pues, sería mi primera comida en dos días.

En la tarde, conseguí cuatro monedas. Y basándome en su tamaño, supuse que tenía apenas dos libras con cincuenta. Mi corazón dio un vuelco ante mi futura comida.

Al vivir en las calles, aprendes cosas de las personas. A los humanos, honestamente no les importa una mierda los demás humanos. Las personas piensan que no puedo escuchar las cosas que dicen de mí. Creo que es gracioso pues, son mis ojos los que no funcionan, no mis oídos. Puedo escucharlos susurrar, algunos les doy lastima, y a otros asco, pero la mayoría se comporta indiferente. Creo que eso es lo que más duele. El hecho de que a las personas no les importa si vivo o muero.

"No me importaría si yo vivo o muero," Pensé. Pero rápidamente sacudí mi cabeza, obviamente obteniendo miradas extrañas. "No Harry, no puedes pensar así. Te prometiste a ti mismo que no lo harías."

Asentí suavemente mientras que con mis fríos dedos tocaba mis muñecas llenas de cicatrices. Incluso fracase cuando intente suicidarme. No puedo hacer nada bien. Pero, ese día me prometí que jamás lo intentaría otra vez. Y hasta ahora he mantenido esa promesa en pie.

Para el final del día estaba siendo positivo, pues tengo suficiente dinero para comer. Suspire con satisfacción mientras me levantaba de mi lugar. Hice una mueca de dolor salió de mis labios cuando me estiraba, ya que mis moretones no están acostumbrados a ser estirados. Con cuidado, empecé a caminar arrastrando mis dedos en la pared para guiarme hasta donde estoy seguro que había un McDonald's. Entre en silencio, intentando no llamar la atención de los demás. Odio cuando siento que las personas me están viendo. Tambaleándome al llegar en frente de la barra, coloque mis monedas encima de esta. Había una chica del otro lado que me pregunto qué era lo que deseaba. Lo escuche en su voz. Ese tono de lastima. De tristeza. Lo odio, por eso mi cara empezó a calentarse de vergüenza. Le dije que quería una hamburguesa. Cualquier hamburguesa que pudiese comprar con ese dinero, una botella de agua. Y fue hasta ahora que me di cuenta de lo sucio que estaba. Le pregunte donde quedaba el baño para lavarme las manos antes de comer. Fui con mucho cuidado antes de que mí comida esta lista. Cuando volví, ella me recibió con una bolsa de deliciosa comida caliente y me senté en la mesa más cercana. Aun podía sentir un par de ojos mirándome por lo que me arrastre hasta la esquina de la mesa, sintiéndome incómodo. Estaba confundido cuando encontré una orden de papas fritas en mi bolsa. Suspire, seguramente ella me dio otra orden. Tuve un pequeño debate mental, pues no sabía si debía quedarme con las papas, pero yo no pague por ellas así que estaría muy mal de mi parte si me las quedaba. No las merezco. Con dificultad, camine devuelta a la barra, chocando con varias mesas antes de llegar, sacudí mis manos intentando llamar la atención de la chica. Después de unos segundos, escuche unos pasos acercándose y la chica se aclaró la garganta. Le devolví las papas a la chica.

"No pague por estas así que creo que tengo la orden equivocada." Dije en un tono de voz muy suave, notando lo fea que era mi voz.

"No," Dijo la chica, "Mientras estabas en el baño, un hombre pago por tu orden y le agrego unas papas fritas. Vas a encontrar tus monedas en el fondo de tu bolsa."

"¿Qué?" Pregunte sin creerlo. Nadie había sido así de generoso conmigo. No tenía habla y sentí mis ojos llenarse de lágrimas mientras sacudía mi cabeza, aclarando mi cabeza. "Gracias." Fue lo único que murmure antes de volver a mi asiento.

Me senté, una lágrima se escapó de mis ojos, sin creer lo que acababa de pasar. Limpie mi cara con mis manos antes de darle una mordida a mi hamburguesa, saboreando cada segundo. Aunque me estaba muriendo de hambre, sabía que no podía comer muy rápido. Podría vomitarlo todo. Mi estómago no estaba acostumbrado a la comida así que tenía que comer con cuidado. Luego que termine de comer, me quede en la mesa, puesto que no quería volver al clima congelado. Unas horas después escuche unos pasos acercándose a mí y una voz apenada, "Lo siento pero ya vamos a cerrar." Era la misma chica de antes. Asentí antes de levantarme y empezar mi camino hasta la puerta. Me choque con una mesa, pero esa vez fue muy duro, haciendo que me resbalara y cayera al suelo, todas mis monedas volaron lejos de mí. "No, no, no." Entre en pánico mientras arrastraba mis manos por el suelo. Escuche varias risas a mis espaldas mientras ubicaba mis monedas, seguro parezco un animal. Un par de lágrimas escaparon mis ojos cuando conseguí todas mis monedas de vuelta y me levante, prácticamente corriendo hacia el frío.

Sightless || h.s || españolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora