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Me siento en el borde de la cama cogiendo mi ropa interior y la camiseta de Dave y, tras ponérmelo, me levanto dispuesta a salir de la habitación para recoger el desayuno que había quedado en la mesa.

- Te queda mucho mejor que a mí la camiseta -dijo dave desde la cama- y no sé cómo debería tomármelo.

- Asumiendo que soy más sexy que tú -dije sacándole la lengua

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- Asumiendo que soy más sexy que tú -dije sacándole la lengua.

Salgo de la habitación y recojo todas las tazas, metiéndolas al lavaplatos.

- Debería desayunar contigo más a menudo -susurró en mi oído.

- Mm deberías -dije sonriendo al notar el contacto de sus labios en mi cuello.

De repente, el timbre sonó, haciendo que Dave y yo nos sobresaltáramos.

- Voy a abrir -dije yendo rápido hacia la puerta.

DAVE POV

- Esto, Amy, la... camiseta -susurré al escuchar la voz de Lauren. Ya había abierto.

Salgo de La Cocina encontrándome con la mirada de Lauren boquiabierta.

- Ya veo que vosotros dos -dijo mirándonos

- Si, bueno, cosas que pasan -dije, haciendo que Amy riera.

- No, si que ha pasado no cabe duda -dijo riendo- en fin. Venía a avisar a Amy de que me ha llamado el director, tenemos que adelantar trabajo. Así que supongo que ya no hace falta que te llame -dijo mirándome acusadoramente.

- Acabas de matar dos pájaros de un tiro -dije riendo.

- Si, y de ver tu cara post-sexo. Algo que no quería ver. No al menos junto a la de Amy.

- ¿Cara post...

- Déjala -me dijo Amy riendo- Lauren tiene la teoría de que todo el mundo tiene una determinada cara cuando lo acaba de hacer.

- Una buena teoría -dije riendo.

- ¿Lo ves? -dijo Lauren- No estoy loca. En fin, os dejo que... que sigáis con vuestras cosas. Os veo en una hora.

- Me cae bien -dije una vez se había ido.

- Si, está completamente loca, pero se hace querer.

Entramos en la habitación para cambiarnos de ropa, o mejor dicho para que Amy se cambiara, ya que yo me pondría lo mismo que traje ayer.

- Antes de ir al estudio pasamos por mi casa -dije a través de la puerta del baño, donde Amy se estaba duchando y cambiando de ropa- quiero ponerme algo más cómodo.

- Vale -gritó desde el otro lado.

Me puse los pantalones y los zapatos, ya que la camiseta la tenía Amy en el baño. Mientras esperaba, decidí dar una vuelta por la casa.

Definitivamente era pequeña pero muy acogedora, con un montón de fotos decorando cada pared, mueble o estantería. Una en especial llamó mi atención. Era Amy de pequeña, unos 8 o 9 años, con un hombre y una mujer a cada lado. Supuse que eran sus padres, ya que Amy tenía los mismos ojos que el hombre y la misma sonrisa que la mujer.

- Estábamos en mi cumpleaños número nueve -me giré, encontrándome a Amy ya cambiada, secándose el pelo con una toalla- estamos en el jardín de mi casa, y recuerdo que estábamos con mis abuelos, que hicieron la foto para recordar el momento.

Vi como sus ojos se aguaban y me acerqué para abrazarla.

- Les echo mucho de menos, Dave. Muchísimo. No es justo que se murieran, no es justo que ellos ya no estén y yo siga aquí viviendo.

- ¿Qué quieres decir?

- Murieron en un accidente de coche. Pero yo también estaba, Dave. Y sigo aquí, mientras que mis padres murieron en el acto. Y no es para nada justo -dijo rompiendo a llorar.

Me quedé en shock. Obviamente no sabía que Amy estaba en aquel accidente, y me culpe mentalmente por haber fisgado la casa, ya que si no lo hubiera hecho, no habría encontrado la foto, y Amy seguiría sonriendo, que es lo único que me importa ahora, que siga siendo feliz.

La di un beso en la frente y se separó de mi.

- Gracias por estar aquí conmigo, Dave -dijo mientras la secaba las lágrimas.

- No hace falta que las des. Porque te juro que estaré aquí siempre, pase lo que pase no me iré de tu lado.

Nos separamos y dejé la foto en el sitio en el que estaba y Amy se fue a lavar la cara.

Me senté en el sofá a esperarla, y en cinco minutos volvió a aparecer aquella chica que me encantaba, con esa sonrisa tan característica suya y mi camiseta en la mano.

- No me importaría que fueras así por la calle -dijo riendo- pero prefiero reservarlo solo para mí.

Me puse la camiseta y la bese, encontrándome de nuevo con aquellos labios que me enganchaban tanto.

- Vamos -dije abriendo la puerta.

- Vamos -dijo pasando tras de mí, dándome un golpe en el culo.

Corazón ilusionado {Dave Franco}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora