Desperté. Un rayo de luz que pasaba por un hueco de la cortina, daba justo en mi ojo. Luí estaba aun dormido a mi lado. Escuche a Oliver jugando en él patio de la casa. Él reloj marcaba las 9:00. Me levante con cuidado para no despertar al pequeño.
Me dirigí al baño, al final del pasillo. Me siento cansada, no he dormido bien en estos días. lavo mi cara, chequeo mis dientes. Me llamo la atención escuchar a Oliver reírse solo en él patio. Lo observó desde la ventanilla del baño, veo de reojo algo en la bañera. Un papel. Lo tomo, era el dibujo de Oliver. ¿Como llego allí? ¿ Oliver hizo esto?.
Había otro. Este no lo había visto. Era de Niebla, él ave. Le había dibujado una especie de venda en sus ojos.Creo que quería asegurarse de que Niebla no lo encontrara.
-¡Anaa!.- escuche la voz de Remo gritar. ¿Llego antes?. Mire nuevamente por la ventanilla y ya no vi a Oliver, así que baje a ver que pasaba.
-Ana, ¿¡Ya viste?!.- vi la cara de horror de Remo. Sostenía a Oliver por él brazo. Este tenia la boca, y las manos ensangrentada. Me quede paralizada. Oliver se encontraba tranquilo, era claro que la sangre no provenía de él.
-Enseñale a tu madre lo que hiciste!.- dijo Remo perturbado.
Oliver Saco de su bolsillo, una Lagartija mutilada. le fue arrancada sus pequeñas patas y a su estomago le faltaba un gran pedazo. De allí venia la sangre que Oliver tenía en su rostro. No podía creer lo que estaba viendo.
-¿Tu hiciste eso Oliver?.- Dije entrando en pánico
-Ana! Tu hijo torturo a ese animalito, y lo encontré masticando como sí fuera un pedazo de pastel. ¿Acaso no has alimentado a tu hijo hoy? Ana!.- dijo Remo indignado
-Eh!.. Bueno Remo, acabo de despertar, anoche no dormí bien. Ven Oliver vamos arriba a limpiarte.- Lleve a Oliver arriba. Aun no creía, lo que mi hijo fue capaz de hacer.
No dijo una sola palabra mientras lo bañaba. Le dije lo decepcionada que me sentía por lo que había hecho. Que eso se llamaba Asesinato, y podía ir a la cárcel por ello. Vi como sus lágrimas bajaban por sus mejillas, no subió su mirada en ningún momento.
Creí que era hora de buscar ayuda. Así que, llame al numero del psicólogo que mamá me recomendó y tome una cita para él día lunes.