Epílogo

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Darlene estaba más o menos triste, extrañaba a su hermano, pero sabía que era por su felicidad. Sentía dentro de ella que él estaba feliz.

—¿Qué haces, Darlene? –le preguntó Denise entrando a la habitación.

Darlene se dio la vuelta y la miró con una sonrisa.

—Recordando, como lo hago muy seguido.

—Eso no debería ser así, pero tú siempre eres un misterio.

—¿Qué ocurre, Denise? Cada vez que intentas decir algo, dices cosas como estas.

Denise se sentó en un sillón y miró por la ventana, suspiró y contestó:

—Kenneth siempre supo la verdad –empezó a decir —. Aunque intentó decir mil veces la verdad, yo lo convencía de que no lo hiciera –bajó la mirada y Darlene le prestó toda la atención —. Baek era mi madre, Darlene. Ella siempre lo ocultó, pero nunca supe por qué lo hizo. Sabía que era un desastre y no tenía una habilidad sorprendente, pero eso no debió hacerlo ella –Darlene estaba sorprendida, nunca se habría esperado esa noticia —. Cuando tuve la edad suficiente, se lo dije a Kenneth y desde allí, él me quiso como hermana. Yo siempre lo mantuve oculto, y me dolió cuando Kenneth la asesinó, lo comprendí, pero todavía no lo puedo perdonar por completo –Darlene se acercó a Denise, se arrodillo frente a ella, tomó sus manos y le sonrió.

—Yo tampoco me he perdonado, sabía que Sienna era la única que podría recuperarle la memoria a Lilith, pero la asesine. Todavía siento un vacío dentro de mí, Denise, pero debemos seguir adelante. Además, debes hacerlo más por él bebé que llevas dentro de ti, él o ella te necesitara sana y curada completamente –Denise puso la mano sobre su vientre y Darlene la miró dulcemente.

—Espero que cuando Lennox se entere, no le dé un ataque –bromea Denise.

—Creo que estará muy emocionado, él te ama, Denise. Todos aquí sabemos eso.

—Me ama como Kenneth te ama a ti.

—Antes pensaba que el amor era ridículo –confiesa.

—También lo pensaba, y lo sigo pensando, pero igualmente sentimos eso.

—¿Listas? –preguntó Kenneth asomándose por la puerta.

Darlene se levantó y respondió:

—Sí, solo estábamos conversando.

Kenneth frunció el ceño.

—Ya bajamos, Kenneth –dijo con un gruñido Denise.

—Las mujeres, nunca las entenderé –suspiró Kenneth saliendo de la habitación.

Darlene y Denise rieron.

—¿Lista para dar este paso? –le preguntó Darlene.

—Creo que si –contestó Denise mirando su vestido color carne.

—No estés tan nerviosa, todo saldrá bien –le animó Darlene.

—Gracias, amiga.

Denise tomó la mano de Darlene y ambas salieron de la habitación.

Frederick disfrutó de ambos casamientos. También le gustó llevar ambos ramos y los anillos, lo que le daba gracia es como se encontraban de nerviosos Oliver y Lennox. Eso era para reírse con fuerza.

Kenneth y Darlene fueron los padrinos de esas bodas, ambos se sentían emocionalmente felices de que todo haya salido mejor de lo que esperaban.

Al terminar el casamiento, todos se dirigieron al salón donde se iba a celebrar la fiesta. El padre de Lennox había pagado todo, así que era en grande.

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