La Traición

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Ha pasado una semana desde que Kenneth había desaparecido. Darlene estaba preocupada y Edrick la veía más inquieta de lo normal. Lennox le había preguntado a Denise sobre su primo, pero ella le había confirmado que había desaparecido por una extraña razón.

Baek, Nova y Sienna ya estaban empezando a organizar su plan. Ya todo estaba listo para el último ataque al Planeta. Nova no había dicho nada, aunque a veces se preguntaba porque. Sienna estaba empezando a sentir algo bonito por Kenneth y quería confesárselo cuando lo viera cara a cara. Baek estaba ansiosa y emocionada de que su hijo quisiera entrar al Circulo Eleven.

Por otra parte, Kenneth se había comunicado con Denise todos esos días y le había comentado sobre lo que estaba haciendo. Cada noche al acostarse, recordaba al niño que se le parecía conocido. Denise no le había dicho nada sobre Darlene a su primo, pero muy en el fondo, pensaba que estaba haciendo algo mal.

Frederick no dejaba de pensar en su padre. Quería verlo solamente una vez, quería que lo abrazara y solo guardar ese momento para él. Estaba decidido a encontrarse con su padre, no importaba las consecuencias. Se alisto y sin que Lennox se diera cuenta, uso su magia y fue directo a donde se encontraba Kenneth.

°°°

Kenneth estaba viendo como el sol estaba apareciendo. Especialmente ese día no podía dormir.

Se encontraba en una montaña, en lo más alto. Ya estaba preparado para la misión que le había mandado su madre.

Escuchó algo extraño a sus espaldas y al darse la vuelta, el niño de cabello rubio, ojos verdes brillantes y piel pálida estaba ante sus ojos.

Kenneth se levantó rápidamente y miró al niño que le sonreía dulcemente.

—Tú –dijo Kenneth mirándolo confundido.

—Quiero hablar contigo –le dice Frederick invitándolo a sentar.

—¿Sobre qué? ¿Quién eres? –le preguntó Kenneth.

—Soy alguien que es muy especial para ti, ¿eso te sirve? –le preguntó Frederick sentándose.

—No –contestó Kenneth dándose de cuenta que el niño aparentaba de unos seis años.

—Mi nombre no importa, pero lo que vengo a decirte, si –al decir Frederick eso, Kenneth se sentó.

Frederick sonrió al darse cuenta que su padre era tan curioso como él.

—Estoy esperando –dice Kenneth.

—Hay personas malas que quieren dañarnos. Solo eso. También hay personas como mi madre que quieren arreglar lo que los otros han hecho –Kenneth lo miraba sin entender de que estaba hablando —. Hay personas que son títeres de otras y hay otras personas que solo quieren ser normales. Tu puedes decidir tu destino, Kenneth –hace una pausa mientras analizaba lo que iba a decir a continuación —. Sé que lo que digo no lo entiendes, pero lo entenderás cuando recuerdes que tu pasado que ha sido borrado. Te pido que cuides a Darlene, ella es una buena mujer y no quiero que sufra. No la traiciones, no la lastimes. Porque no te lo voy a perdonar –culminó Frederick mientras Kenneth lo miraba con el ceño fruncido.

—¿Quién eres? Algo en ti me parece conocido.

—Soy alguien que quiere mucho a Darlene. Ella te ama, Kenneth.

Eso hizo que Kenneth palideciera.

—¿Me vas a decir quién eres o tengo que averiguarlo? –le pregunta Kenneth ya cansado.

—¿Si te ayudo con esta misión, protegerás a Darlene?

—¿De qué hablas? ¿Cómo sabes de esta misión?

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