| V E I N T E|

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Vegeta guardo la carta en el bolsillo de su pantalón, tomó su maleta y salió de la escuela.

En el camino a casa solo se dedicó a pensar y a pensar.

«No puedo creer que me haya enamorado de alguien que ni su rostro he visto»

— ¡Vegeta! — El gritó de su padre lo hizo temblar, no se había dado cuenta de que había llegado a su pesadilla.

— S-si, señor — Difícilmente pronunció esas palabras, tenía mucho miedo.

El padre de Vegeta se acercó a paso firme a él, cuando estaba enfrente del pequeño cuerpo de su hijo le propinó una fuerte cachetada que sonó por las extensas calles de su barrio. Los vecinos al ver la escena, no hicieron más que esconderse.

— Eres la deshonra de esta familia, ¿como te has podido en convertir en un fenómeno? En un... gay.

Para mala suerte de Vegeta, su padre semanas antes había encontrado las cartas que le había mandado su AP.

¿Como? Simple, organizando los cajones. El padre de Vegeta está furiosos, y no era para menos. Su hijo, su más grande orgullo se había vuelto –Como el los llamaba– un fenómeno.

— Padre... — Llamó con la poca voz que le quedaba y con la mano en su lastimada mejilla.

— ¡Oh! Miren aquí... — Dijo con sarcasmo — ¡El fenómeno habla! ¡El fenómeno habla! — Volteo a mirar a Vegeta con asco y odio — ¡Ensucias el nombre de esta familia! Eres el hazme reír de esta familia, ¡no me vuelvas a llamar padre en tu vida! Por qué yo... yo no soy padre de fenómenos.

A lo lejos, dentro de un gran auto azul, alguien hervía en furia y con gran velocidad condujo a la casa de Vegeta, ya estando ahí frenó y bajó del auto echando humos.

— ¿Quien es eso? — Preguntó confundido el padre de Vegeta.

— Yo señor, soy el escritor de esas cartas, soy el que conquistó el corazón de su hijo, soy el que daría la vida por su hijo y soy el que ahora le romperá la boca por haberlo tocado.

El cuerpo de Vegeta se tensó y cerró los ojos involuntariamente, sabía que lo que veía no era muy agradable.

— Ya quiero verte hacer eso, niño rico. — La mano del joven tocó el hombro de Vegeta y lo guió delicadamente al interior de su auto. El padre de Vegeta quedo confundido. — ¿Que harás con el?

— Llevarlo a un lugar mejor, no lo dejare con una bestia como usted.

— ¡No... — su frase fue incompleta, un fuerte golpe lo hizo caer al suelo. Revisó su boca y estaba cubierta de sangre.

Con toda la rabia del mundo, el joven se sentó sobre el pecho del padre y con mucha fuerza le daba golpes en su rostro, le estaba desfigurando la cara.

Como podía el padre se cubría la cara, hasta que no pudo más y cayó inconsciente. Recibió un escupitajo.

— Das lastima, suegro.

El joven se levanto, sé limpio y arregló, y con total calma se adentró en su coche y tomó rumbo.

No había ni una sola palabra, todo era silencio. El joven miro por el retrovisor y noto qué Vegeta aún tenía los ojos cerrados.

— ¿Que tienes? — Siguió concentrado en su camino.

— No quiero verte. — Escupió sin más.

— ¿Por? — Lo tomó por sorpresa la respuesta del menor.

— Tengo miedo... — Dijo en un apenas audible susurró.

— Estas bien, todo está a salvo.

— ¿Si eres mi AP?

— Claro que soy yo, mi príncipe. —Era más que obvio, debía ser el.

— ¿Q-Quien eres?... — Se atrevió a preguntar un mucha timidez en su tono.

— ¿Que aún no reconoces mi voz? — Sonrió.

Vegeta, abrió sus ojos poco a poco. Miro el retrovisor y al ver los ojos de su amado se sorprendió.

— ¡Profesor Goku!

— En carne y hueso, el mismo que te da biología los lunes y jueves — Sonrió de oreja a oreja.

Todo tenía sentido ahora, todas esas veces que gente se iba por qué el director los cambiaba, era el... ¡el es el hijo del director! Por eso sabía cuando me iba mal en una materia.

Ambos se quedaron mirando sus ojos y una gran sonrisa aprecio en ellos, por fin estaban completos.






Fin...

Acosador Personal |Kakavege|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora