━ ❝Una boda se vive tres veces. Al soñarla, al celebrarla y al recordarla❞
Rapunzel Corona es una de las mejores organizadoras de bodas del mundo. Siete de sus mejores amigas pronto se casarán y recurrieron a ella para que organice su boda.
Las pare...
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El sonido de la alarma empezó a sonar. Rapunzel, quien estaba más cerca del despertador, lanzó un gruñido soñoliento, tendría que ir a trabajar y eso es lo que por ahora no quiere. Quería estar con su novio viendo alguna película en el sillón con una taza de chocolate caliente.
Poco a poco el sonido desesperaba a la rubia, lanzó otro gruñido, sólo se limitó a acercar su mano al despertador mientras lo buscaba a ciegas a este aparato. Cuando pudo sentir el objeto le dio un gran golpe y lo calló. Sonrió satisfecha y se acomodó de un modo diferente para seguir durmiendo.
El peliblanco se volteó para observar a su novia dormida. La miró detenidamente, cada facción de ella. Embozó una sonrisa y pasó un mechón de la rubia para atrás, ya que le tapaba un poco el rostro.
—Preciosa, —le susurró mientras le acariciaba la mejilla— tienes que levantarte.
—¡Pero no quiero! —dijo en tono infantil la rubia, lo que le provocó ternura al albino— ¡Quiero estar contigo! —dijo antes de rodear sus brazos en la cintura del peliblanco y esconder su cabeza en el pecho de Jack. Inhaló su aroma, le encantaba el perfume que se ponía.
—Tienes que ver a las chicas —le acarició el cabello con suavidad mientras evitaba reírse de la situación.
—¡Bah! ¡Que me esperen! —Jack lanzó una carcajada por el comentario de su novia.
—Punz, —le llamó el albino por su apodo, lo que provocó que despegara su frente del pecho de Jack para mirarlo a los ojos— eres muy floja.
Rapunzel entrecerró los ojos y negó la cabeza. Después decidió sacarle la lengua de modo infantil, lo que le provocó risa a Jack. No pudo resistir el albino en darle un beso en la comisura de los labios de la rubia. Ella sonrió entre el beso, sintió mariposas en su estómago. Al separarse sonrieron entre sí.
—Creo que ya me tengo que levantar —susurró dando un suspiro Rapunzel.
—Okay, iré por algo para desayunar —dijo el albino antes de darle un beso en la punta de la nariz a la rubia. Ambos se levantaron y se fueron a opuestas direcciones para que uno se fuera a cambiar y para que Rapunzel se metiera a bañar.
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