Y entonces llega un día en el que te das cuenta de que no te gusta tu vida, lo que está pasando en ella o cómo estás viviendo. Llega un día en el que descubres que necesitas cambiar algo en tu vida, no sabes el qué, pero sabes que algo falla.
No duermes, el estrés y las lágrimas llenan tus días con más frecuencia que la alegría y las risas. No estás contento con tu vida y crees que el problema lo tienes tú, que lo que está mal eres tú, y ahí llega lo malo. Llega el auto-odio, el auto-desprecio y la falta de amor propio. Quieres más a otros que a ti mismo, antepones a otros antes que a ti.
Los conflictos interiores surgen, tienes tus principios y valores claros, pero la situación en la que vives no te permite completamente ser tú, seguir esos principios y valores que tantos años te llevó formar. Y entonces es cuando el auto-odio crece más por no ser fiel a ti mismo, y lloras más. Y te odias más por ello. Y entras en un círculo vicioso del que no puedes salir tú solo. Pero tu orgullo es tan grande como los siete mares juntos, con lo cual no quieres pedir ayuda, no quieres que otros vean lo frágil y roto que estás.
Un día llegan personas a tu vida dispuestas a ayudarte, pero estás ya tan en el fondo y tu orgullo es ya tan grande que inconscientemente no quieres ser ayudado. No quieres que la gente a la que tanto quieres se preocupen por ti porque "¿por qué ayudar a un trozo de mierda?".
Llega un día en el que no puedes más y simplemente dices cuántas grietas realmente tienes.
Ese día no da llegado.
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Thoughts
AléatoireSimplemente pensamientos que no lo soportaron. Pensamientos que no quisieron quedarse un segundo más encerrados en su mente...