Capítulo 17 - Libertad

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Estaba decidida, tenía que hacerlo, debía hablar una última vez con él. Después de haber llorado aquella noche mientras veía cómo las llamas consumían lo que quedaba de sus recuerdos, Eli decidió que debía hablar una última vez con Ángel.

Ella aún sentía que había algo que la ataba a él. Necesitaba dejarlo ir, cerrar todo y entonces avanzar. Por más que se repitiera a si misma que lo estaba olvidando, ella sabía que en el fondo de su alma, aún flameaba una pequeña llama de esperanza. Sin embargo, después de los últimos acontecimientos, ella jamás podría volver con él, ya no deseaba estar cerca de él, ya no podía permitirse sentir hacia por él; debía seguir adelante, y ser feliz.

Dos días después llegó a la universidad antes de lo usual, y lo buscó por todas partes. Lo vislumbró a lo lejos junto a sus amigos en una de las salas de descanso para estudiantes. Lo miró mientras caminaba hacia él, vió la sonrisa en su rostro y cómo reía tan feliz entre sus amigos. Eli sintió una punzada en el pecho que le recordó porqué se había enamorado de Ángel, pero también porqué necesitaba dejarlo atrás. Después de todo, él había sido capaz de olvidarla y ser feliz con alguien más; ahora era el turno de ella, lo merecía, merecía ser feliz.

Se acercó lentamente hacia Ángel y cuando sus miradas se conectaron, la sonrisa de él decayó, pero la de Eli se ensanchó. Necesitaba sonreír, quería hacerlo, quería mostrarse a sí misma y a los demás que ella estaría bien. No iba a mentir, le dolía como los mil demonios estar cerca de él, pero también se sentía más tranquila y sabía que esto era lo correcto; ya era hora de cerrar el capítulo como debía ser.

- Hola... ¿podemos hablar un momento?- preguntó ella con una media sonrisa. - No te quitaré mucho tiempo, lo prometo.- terminó diciendo a ver la cara de inseguridad de Ángel. Él asintió con la duda marcada en su rostro, y manteniendo su distancia, avanzaron uno junto al otro hasta llegar al pequeño jardín que se encontraba frente al edificio. Ambos tomaron asiento en el césped y posaron su mirada al maravilloso paisaje de la naturaleza que los rodeaba, Eli realmente agradecía que su universidad estuviera ubicada a las afueras, ese ambiente de bosque tranquilo le brindaba la calma que ella necesitaba en ese instante.

Esa mañana cuando conversaba con su mejor amiga, ésta le hizo saber que alguien le había dicho a Ángel acerca de su secreto revelado. Él sabía perfectamente de qué quería hablar Eli con él, pero no se esperaba que ella reaccionara de aquella manera. Tomó una gran respiración y llevó su mirada hacia él, le sonrió y empezó a hablarle de la manera más dulce que encontró en ese momento. Quería dejar las cosas ahí y con eso tener paz en su alma. No sabía cómo empezar aquello, quería aligerar la tensión del ambiente, así que un comentario un loco tonto, fue su elección para iniciar aquella conversación crusial.

- Yo sé, que tú sabes que yo sé... Pero no te preocupes, no muerdo, sólo quiero hablar contigo.- empezó Eli, dedicándole una pequeña sonrisa que buscaba hacerle saber que todo estaba bien.

- No voy a reclamarte nada, si es lo que piensas, no tengo porqué... Tú eres siempre libre de hacer lo que quieras. Pero no voy a mentirte, me dolió mucho saber esto.- continúo diciendo, ahora con la mirada cargada de tristeza.

- Las cosas no son así, no todo es cómo parece. Mira, yo...- respondió Ángel intentando explicar la diferencia desde su punto, pero Eli lo interrumpió antes de que pudiera decir algo más.

- Está bien, sólo escúchame ¿si? Yo... Necesito sacarme todo esto de encima.- pidió ella casi en un ruego. Ángel solo la miró y asintió, instándola a continuar.

- No quiero que me expliques nada, tú no me debes nada. Yo... de hecho, no quiero saber nada con respecto a ustedes... No quiero saber cómo pasó, ni cuándo sucedió. No fue para eso que te pedí que habláramos.- dijo con la mirada fija en algún punto del jardín Eli moría de la curiosidad, pero sabía que si ella se sentaba a escuchar sobre cómo Ángel se había enamorado de otra chica, eso la partiría en pedazos, así que era mejor no saber nada. Él no dijo una sola palabra, así que Eli decidió continuar.

Diario de un RompimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora