Capítulo I

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—«¡Amber! Dios mío...»

Unas voces me llamaban lejanamente. Eran como ecos en mi cabeza.

—Ya nos podemos ir.

Sulli sacudía mi brazo tratando de despertarme. Levanté mi cabeza y traté de abrir los ojos. Me encontraba en el trabajo ¿En qué momento me quedé dormida? No podía recordar nada. Me levanté y salí con Sulli del lugar.

—Minho nos invitó a su departamento, tiene una fiesta con unos amigos suyos ¿Quieres ir? —Me preguntó Sulli.

—¿Una fiesta? Claro.

—Bien —tomó el celular—, lo llamaré para que nos busque.

Sulli y yo esperamos sentadas en un banco de la calle. Un auto gris se fue acercando y bajó su ventana. Era Minho.

—Entren —nos invitó sonriendo.

Sulli subió en el asiento del copiloto mientras que yo me monté en la parte de atrás. Había un chico pálido, era algo lindo y permanecía callado en su puesto.

—¿Cómo te llamas? —le pregunté.

—Mi nombre es Key —respondió tímidamente.

—Soy Amber, mucho gusto —le extendí mi mano y el estrechó la suya con la mía sonriendo.

—¿Están listas? —preguntó Minho.

—No estamos aquí por nada ¡Arranca de una vez! —le animé.

—Perfecto.

Minho condujo hasta llegar a su casa. La música en aquel lugar estaba a todo volumen, había mucha gente y bebidas. Era una casa grande y lujosa ocupada por luces en todas partes.

—¡Wow! —exalté al bajar del auto.

—¡Ahora a Disfrutar! —Minho se fue con Sulli dejándome sola con Key.

—Esperen...

Iba a ir detrás de ellos, pero un pie de zapatos marrones me hizo caer en el camino. Subí la mirada y Key me extendía la mano agachado en frente mío.

—¿Estás bien?

—Sí —tome su mano y me levanté—, gracias...

—Tranquila, no hay de qué.

Miré a los lados sin saber que más hacer. En esa fiesta Minho y Sulli eran los únicos a quienes conocía y se habían ido.

—¿Quieres venir conmigo? —Key me ofreció su brazo.

Key era un chico agradable, además de que era guapo. No estaría mal pasar un momento con él.

—Está bien.

Crucé mis brazos con los de él y caminamos por el lugar hasta llegar a la cocina. Key destapó dos cervezas frías y las puso sobre la mesa.

—¿Bebes?

—Sí, claro.

—¿Has probado esta?

—No lo he hecho.

—Son muy buenas, siempre y cuando la bebas fría —me dio una de las botellas.

Una segunda oportunidad (¿Te quedarás esta noche?) | Keyber ver.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora