Parte 4

611 51 4
                                    

DÍAS DESPUES

Los días habían pasado, Dean ahora intentaba controlarse un poco más, estaba luchando verdaderamente contra la Marca, y finalmente habían descubierto al parecer, la forma de deshacerse de la Marca.

Dean estaba seguro, que aquello significaría el fin del mundo definitivo.

Había asimilado que su vida, no iba a durar mucho, que moriría joven debido al estilo de vida que llevaba, y siempre dijo que estaba listo para recibir a la muerte, pero ahora, cuando al parecer aquel hecho parecía inminente, no podía evitar pensar que deseaba vivir más, sólo un poco más, para poder pasar más tiempo con el mayor, con su ángel, con Castiel.

Jamás pensó que se arrepentiría tanto de haberse controlado tanto frente a la presencia del ángel que sabía en el fondo, le descontrolaba por completo, sus cuerpos se llamaban, cómo el imán al metal, al igual que sus labios. Sus miradas se conectaban cómo si de una fuerza sinérgica se tratasen y sus rostros sufrían aquellos efectos, pero nunca, jamás, efectuaron aquel acercamiento que secretamente ambos deseaban, hasta hace días atrás cuando irónicamente fue el ángel quien se atrevió a romper aquella delgada barrera y atravesarla.

Sus labios se habían juntado por primera vez, y un nuevo mar de sensaciones despertaron en ambos, su relación se había elevado a otro nivel.

Dean se arrepentía de haber malherido de esa forma al ángel, a su ángel... pero éste cómo tal, como el ser puro que era aún a pesar de todo lo que se pudiera decir, le perdonó, una vez más.

Dean... necesitaba devolverle un poco de lo mucho que ese ángel había sacrificado por él.

Y sabía que no era lo mejor, lo que realmente su corazón deseaba, pero era la única solución. Dean, debía morir.

Escapó de su hermano, de su ángel, y en un bar abandonado invocó a La Muerte, entregándole comida chatarra como ofrenda, y pedir que hiciera su trabajo.

Pero ésta no cedió tan fácil a sus deseos, debido a que no era tan fácil. Le explicó aquella extraña historia, dándole a entender que esa Marca era irrevocable. Esa Marca era la que mantenía encerrada a la Oscuridad. Si esta Marca fuese removida, la Oscuridad sería liberada, y sería realmente el fin del mundo.

Entonces más que nunca, decidió terminar con eso, pero Sam, cómo aquel hermano que era, buscó y buscó a su hermano, hasta que Dean decidió coger el teléfono.

La Muerte le había dicho, que no podría matarlo, pero sí enviarlo a algún otro plano astral. Pero aquello no sería posible si su hermano Sam, aún seguía viviendo, pues, ambos, es decir, tanto Dean como La Muerte, sabían que su pequeño e inteligente hermano no descansaría hasta encontrar la forma de hacerlo volver.

Sam llegó al lugar indicado, y al enterarse de las intenciones de su hermano, no pudo evitar, darle un inteligente discurso que por un momento le hizo vacilar. Pero Dean no quería entrar en razón, hasta que su hermano le dio un puñetazo en el rostro. Éste le miró y sin poder evitarlo comenzó una nueva pelea entre ellos. Dean queriendo que su hermano entendiera y respetara su decisión, y Sam, queriendo que el mayor, cambiara de parecer. Lo detendría, o al menos lo intentaría.

Pero cuando el mayor encestó tres puñetazos en su rostro, evitando que este pudiera ponerse de pie, se rindió, y Dean se detuvo. Sam quedó de rodillas y finalmente decidió aceptar la muerte.

El Cuarto Jinete, La Muerte, otorgó su propia guadaña a Dean y éste miró a su hermano a quien tenía de rodillas.

El castaño de cabello un poco más largo, le miró a los ojos, dijo sus últimas palabras al parecer, y arrojó al suelo, dos fotos que terminaron de confundir al mayor.

Destiel: "Uncontrolled"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora