I: Un zorro encadenado

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Heya, breve explicación ¿Qué estoy haciendo y por qué? Bueno, mis dos fics principales (Los únicos vigentes que tengo en realidad) Ya van a llegar a su fin, si bien uno tuvo más exito que el otro el que se terminen significa que me quedo sin trabajo hehe... Este pequeño lemon, es algo diferente al que ya publiqué como se darán cuenta en cuanto empiecen a leer, si es que empiezan a leer. Es un escrito un poco más subido de tono, al menos en comparación a mi otro trabajo, hago esto por mera diversión, sin ánimo de ofender a nadie y como práctica para inicio de una nueva historia. Espero les guste.

Zootopia

3 días de otoño

La esponjosa mano de Judy se deslizaba por el húmedo y palpitante miembro del zorro, quien no podía hacer absolutamente nada para responder a esas caricias, al menos nada más que retorcerse y jadear, ni siquiera podía devolverle la mirada y de igual manera estaba completamente restringido su movimiento; esposado a la cabecera de la cama y sus ojos cubiertos con una venda. Ella ponía atención en todas y cada una de las reacciones en el zorro, se divertía en verdad con ese pequeño tormento; el miembro del vulpino ardía en calor y un líquido transparente había empezado a gotear de la punta hacía poco tiempo, mismo que Judy había esparcido por el falo, lo hacía lento, con calma y sin intención alguna de hacerlo terminar, ella sonreía soltaba pequeñas y leves risas.

-J... Judy...- Suplicaba el pobre zorro.

-No, no- Interrumpió poniendo un dedo en el hocico del zorro –No tienes permitido hablar ¿Recuerdas?-

-Pero... Graaa- Se quejó al sentir un leve golpe en su miembro.

-Sé un buen chico Nick, o esto seguirá y seguirá-

No hubo más respuesta, de seguir hablando solo conseguiría que Judy siguiera torturándolo.

-Buen chico, no era tan difícil ¿O sí?- Rio dando un pequeño apretón a la intimidad del zorro, éste solo apretó los dientes y tomó una gran bocanada de aire para soportar un poco más –Ahora aguarda aquí- Dijo en tono seductor antes de retirarse del lugar. Fue entonces cuando el zorro pudo respirar en paz por un momento aunque poco duró su regocijo pues los pequeños saltos de su pareja anunciaban su regreso inmediato. Con temor Nick se estremeció al sentir el liviano peso de Judy una vez más sobre su cuerpo, de manera inconsciente empezó a temblar, por supuesto que era algo inevitable sobre todo al ser privado de la vista; ella podía hacer lo que quisiera con él, de hecho lo estaba haciendo.

-Muy bien Nick, ahora... No te muevas- Dijo tentativa aunque dejando escapar una pequeña risa, gesto que solo provocó aún más temor en el pobre zorro.

De la nada, Nick sintió algo helado recorriéndole la garganta, pasaba sobre su pelaje, humedeciéndolo lentamente, se estremeció al sentirlo sobre su pecho y para ese entonces ya había logrado adivinar lo que la coneja había estado tramando; dejó escapar un cálido suspiro ante el continuo tacto del hielo sobre su piel, hacía a su corazón acelerarse, su cuerpo sentía el desconcierto de tan fría temperatura, siendo que hasta hacía solo segundos, estaba ardiendo por completo.

Judy no paraba de jugar, de torturarlo, de divertirse; ¿En qué momento se invirtieron los roles? Ahora era ella el feroz depredador y Nick se había convertido en la indefensa y sumisa presa. Pese a que el zorro claramente sufría y ardía en deseo de liberarse, no la estaba pasando para nada mal; ya había tenido noches de pasión con Judy en el pasado, eran maravillosas pero nada como eso. Era nuevo, era diferente, las sensaciones y emociones que le hacían sentir eran, en cierta manera, embriagantes, a tal punto que sin darse cuenta empezaba a esbozar una pequeña sonrisa.

3 Días de OtoñoWhere stories live. Discover now