Y Kyungsoo muere.

Capitulo 4: Basta.

Kim JongIn, 17 de mayo de 2018.                        09:23

Seúl, Corea del Sur.

Abrí mis ojos al mismo tiempo en que tomaba una bocanada de aire, regresando en mí.

Mi cuerpo estaba adormecido y mi cabeza zumbaba, por lo que tuve que mantenerme unos minutos quieto esperando lograr recuperarme, para el momento en que podía parpadear sin sentir mis ojos resecos y respirar con normalidad, giré mi cabeza, enfocando mi vista para lograr descifrar donde me encontraba. Me levanté con calma hasta terminar sentado con mis manos palpando sobre la fría superficie del sillón de la sala de estar de nuestro piso de pareja en Seúl.

Volvía a estar en casa.

Pero...¿por cuánto tiempo hasta regresar a una vida de horrores? o ¿es qué ya se habían terminado las oportunidades para mí?

Ahogándome en mis pensamientos por costumbre me levante dirigiéndome al dormitorio que compartía con Kyungsoo y, sin poder evitarlo, mi cuerpo quedó estático sobre el umbral de la puerta, sujetándome del marco de madera hasta que mis nudillos adoptaron un color blancuzco, me quedé ahí, siendo azotado por los recuerdos. La cama estaba perfectamente hecha, bueno, toda la maldita habitación lo estaba y eso sólo indicaba que mi pequeño perfeccionista lo había hecho antes de partir. La luz se colaba por la ventana a mi derecha brindando iluminación natural al cuarto, saliendo de mi entumecimiento me dirigí con lentitud al lado izquierdo de la cama, dejando caer mi peso sobre el borde, recordando de pronto nuestra conversación del porque deberían ser sabanas blancas sobre otro color, riendo como un idiota al instante al recordar todas y cada una de las anécdotas de nuestro pequeño hogar y, a pesar de sentirme irradiante de felicidad, indudablemente terminé sobre nuestro lecho, llorando sin consuelo, mientras abrazaba contra mi pecho la almohada correspondiente a Kyungsoo. Lloré por los recuerdos, por las cosas que dejaría atrás, por los sueños que jamás vería realizarse, por las peleas pasadas y que estaban por venir, por todos nuestros besos, por los problemas, por las alegrías, pero sobre todo, por como le había fallado. Tuve dos oportunidades de volver a iniciar con él, quizá no en los mejores momentos, pero ¡él seguía ahí, joder!

Seguía riendo, respirando, parpadeando. Seguía siendo él y así pasasen miles de vidas yo seguiría siendo ese chico tímido que lograba sacar lo mejor de si mismo para merecer a Do Kyungsoo, pero aunque haya entregado mi mejor esfuerzo no logré salvarlo, no logré mantenerlo a mí lado, aun con esos pensamientos caí dormido, soñando con sonrisas de corazón.

๑۩  ௯ ௮ ஞ ஜ ಋ ౡ ౠ ಱ ಯ ಮ ಭ ಬ   ۩๑

Desperté con el sonido de la alarma marcando 13:00 del  17 de mayo de 2018  y en ese momento estuve a punto de sufrir un paro cardiaco. Me levante de la cama, sintiendo un pequeño mareo al hacerlo, y corrí lo más rapido que mis piernas me lo permitieron hasta llegar de nuevo a la sala, mirando por todo el lugar dando con el objeto que buscaba con desesperación, lanzandome directo a él y, después de unos segundos en los que la televisión se calentaba, frente a mí apareció el canal de noticias de Seúl marcando exactamente la hora 13:12:15  del 18/05/17.

Estaba de regreso al día en que Kyungsoo se suicido.

     —Y tienes exactamente 50 minutos, y contando, para detenerlo.-

No necesitaba voltear y mirar para saber de quién se trataba, pero lo hice de todos modos, arrepintiéndome en el instante en que apareció en mi campo visual el desgraciado de la sonrisa con hoyuelos. Negué al mismo tiempo que comence a reír de manera histérica, si algunos de mis amigos me miraran en ese estado pordían decir que estaba perdiendo la cabeza, y yo estaría completamente de acuerdo con ellos. Alce mis brazos suplicando al cielo que me socorriera, pero simplemente era en vano, estaba en las garras de aquel imbécil, dejé caer mis brazos, derrotado.