;;Introducción;;

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Todo tipo de relación tiene un gran o trágico final en algún punto. Puede ser causado por el cansancio hacia aquella persona con la cual la amistad o pareja se forma, o bien por la misma muerte.

Hablemos de esas parejas que decidieron casarse, pero a los pocos meses quisieron tirar la toalla.

Es muy normal que en un divorcio los protagonistas de este movimiento legal no vuelvan a hablarse por el resto de sus vidas si es que no comparten hijos u hogar.

Pero conozco a alguien con una personalidad bastante particular, de pensamientos no ordinarios de este mundo sino de uno propio, que nace y tiene fin en su propia mente.

Su imágen no parece querer respetar los códigos que conocemos, todos sabemos que un hombre famoso y adinerado siempre gusta de ir de traje, corbata y tal vez como accesorio una fina colonia y lentes de sol tan caros como para alimentar a una familia por una semana entera. Esto último podría ser reemplazado por un reloj de marca bañado en oro u en otra sustancia finísima, de valor inimaginable.

¿Queréis saber sobre su particular apariencia de la que les hablé recientemente? Allí va.

Su cabello va teñido de un rojo bastante llamativo, que por la falta de atención se va convirtiendo en un naranja apagado. Los ojazos que posee son una mezcla de colores bellísima. En ellos podemos encontrar el dorado, esmeralda y tal vez un café avellana, y a esas dos joyas las protegen grandes y bellas pestañas. Tiene facciones delgadas y nariz respingona, además de ser el afortunado dueño unos labios casi rosados y finos. Es de tez tan pálida que si te pones a verle bien, notarás que sí es natural y no lleva maquillaje para disfraces. Sí es de llevar traje, pero es de un azul eléctrico que se ve a tres calles de distancia, acompañado de una corbata roja y camisa blanca. Se ve jodidamente bien y joven para ser un hombre de unos treinta y tantos. Es envidiable, y todos desearían tener una personalidad y apariencia como la suya.

Les acabo de presentar a Gerard Way. Tiene una hija de unos cinco años a quien junto a su ex esposa decidieron bautizar como Bandit. Así es, este hombre es divorciado. Él adora a su pequeña niña, pero desde hace unos años le es imposible verla por cierta orden de restricción.

Una madre de temperamento protector como casi todas en este mundo lo son, trataría de proteger al legado de su existencia de un hombre que solamente se dedica a deprimirse, ahogar penurias en alcohol y numerosas sustancias ilegales en vez de resolver sus problemas con el dinero que posee. Todo rey tiene que dejar su trono alguna vez, ¿O no es así? Porque fue demasiado tarde cuando cierto hombre quiso dejar sus adicciones atrás y recuperar el amor de su familia, porque para ese entonces ya estaba fuera de su hogar con dos maletas a su lado y una dirección escrita en un papel. La dirección de la casa de su hermano menor. Fue tarde para recuperar su trono.

El poder del rey implicaba dar a la prensa una vista de una vida familiar perfecta, quienes deberían inspirar nada más y nada menos que envidia a aquellos padres de familia tan asquerosamente normales que voltearías a ver a otro lado. El mundo necesita cosas tan interesantes como lo es ese tal Gerard; No parece venir de este planeta, siquiera dimensión; si no de otro lugar tan lejano que el gran espacio que nuestra mente nos ofrece no es suficiente para calcular esa distancia. Parece un alien, y lo digo en un buen sentido.

¿A qué se debe la fama de Gerard Way?
Para colmo, además de ser perfectamente masculino y atractivo tanto en carácter y apariencia es el talento en persona. Su música logra hacer bailar y cantar a niños, adolescentes, adultos y ancianos. La mayoría del mundo sabe su nombre y algo de su vida, ya que tiene un pasado bastante lamentable pero sobre eso hablaremos después. Sí, es un cantante solista. Ha sacado bastantes álbums, y cada canción suya se ha convertido en un hit. El dinero no es problema para él, pero las emociones sí que lo son. Se interponen ante él cada vez que da un paso en un sentido profesional, sea significante o no.

La música es parte de la vida de éste hombre, pero no lo significa todo para él. Tiene otras ambiciones, una de ellas siempre ha sido pertenecer al mundo del arte y ha anunciado comics y demás, pero eso nunca ha sido posible para su mala suerte.

He de suponer, libremente de seas quien seas que te ha entrado la duda de saber quién demonios soy. Pues no lo sabrás, hasta ahora sólo soy un mero espectador de las vivencias de ese extravagante hombre de traje azul y las de su psicólogo, al que asiste pocas semanas luego de su ruptura matrimonial.

Se llama Frank Iero.

Un psicólogo que se ha pasado la vida estudiando para especializarse en personas que sufren depresión. Siempre tuvo una clase de debilidad por la mente humana y tal vez hasta alienígena. Saber qué podría pasar por la mente de un esquizofrénico es una de sus más grandes metas, pero esa es otra zona de la psicología que se encargará de encarar en otro momento de su vida.
Su paciente favorito es ese hombre del que tanto les hablé.

Les hablaré un poco de ese tal Frank, ya que es quien se encarga de escuchar todo aquello que hace que decaiga el ánimo del famoso Gerard. Es un joven de personalidad rencorosa, poco paciente pero soñador. Como antes pude aclarar siempre quiso saber todos los secretos que la mente humana esconde, es una clase de punto débil para el muchacho. Una de las cosas que más caracteriza a éste joven psicólogo es esa sonrisa tan tierna que derrite corazones. Se la pasa esbozándola y sabe muy bien que con ella y esos ojos tan grandes color miel y avellana puede conquistar a cualquiera. Una persona persuasiva sin duda, la cual se encarga de que sus recuerdos más importantes lo acompañen de por vida en tatuajes, los que ocupan la mayoría de su cuerpo exceptuando piernas y rostro. Nariz pequeña, labios atractivos y de tez blanca. Esa clase de hombre que en el amor busca cualquier cosa mientras el sentimiento sea mutuo. Lleva el cabello de color negro natural hasta los hombros, el cual es lacio con algunos bucles. Le gusta vestir como cualquier joven de veinticinco años, nada que llame demasiado la atención pero dando a notar un espíritu rebelde y en busca de nuevas emociones. Otro de sus más grandes sueños siempre ha sido aprender a tocar una guitarra, sea acústica o eléctrica para planes futuros. Ha llegado a confesar que sólo quiere saber ejecutar el instrumento para cantarle canciones de cuna a sus hijos cuando no puedan dormir o el llanto sea tanto que las ganas de descansar se vayan.

El psicólogo es exactamente lo contrario al paciente.

Volvamos a hablar del alien. Gerard Way.

La ex esposa de ese extravagante ser se ha de llamar Lindsey Ann Ballato, quien siempre fue portadora del sueño de ser la bajista de alguna banda y conocer al mundo en todas sus facetas. Una mujer libre pero aun así sobreprotectora con su familia, durante unos años ha intentado salvar el matrimonio que mantenía con el señor Way, pero en algún momento se cansaría de recibir nada de su marido.

La pasión se acaba, dando paso a la indiferencia y como un gran final; el divorcio.

Y tal vez para ese hombre de traje azul y cabello rojizo sea hora de buscar algo nuevo. Algo completamente diferente a lo que está acostumbrado.

¿Su psicólogo podrá ayudarle a encontrar ese algo?

Nadie sabe que pasa por la mente de ese individuo sin igual en la galaxia, cualquier persona que tenga la suerte de cruzárselo puede asegurártelo en un santiamén.

En su primera sesión con él, Frank Iero se propuso una nueva meta como psicólogo. Saber que pensamientos rondan por la cabeza del vocalista y memorizarse cada uno de ellos.

Estoy devuelta.

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⏰ Última actualización: Nov 03, 2019 ⏰

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In the alien land. ;;Frerard;;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora