perdiendo mi virginidad con liam

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–La casa del primo Liam 11:05 p.m. 17/09/11–

Tomé mi bolsa, ya era hora de irnos, el señor James ya había ido a encender su auto junto con el sexy primo Liam mientras su señora madre Amanda hablaba con mi madre muy entretenidamente, al parecer se amaron a primera conversación, típico de viejas charleras. Steve estaba pagando la cuenta, y yo aún seguía preguntándome si Dios me odia tanto como para hacer tan grave injusticia carnal conmigo.
Respiro hondo, estoy una vez más mirando hacia la nada, odiándome con todas mis fuerzas por llevar la sangre Payne recorriendo mis venas, pero de todo modos la vida continúa, y tengo que resignarme a la simple idea de que Liam Payne Smith, es mi… primo… me duele tan sólo decirlo.
–Stephanie. –Steve llama mi atención rompiendo abruptamente mi ensueño, volteo instintivamente.
– ¿Sí?
–Vámonos hija, ¿qué esperas? –Miro a mi alrededor, Isabela y Amanda no estaban, sólo estaba yo sentada en la mesa… ¡Pero qué despistada soy!
Me levanto torpemente y Steve ría ante mí, lo miro disgustada y cambia su gesto rápidamente. Salimos del restaurante y nos dirigimos hacia el estacionamiento, y para nuestra muy grata sorpresa, mis tres tías estaban allí, con los Payne e Isabela, ¿Qué mierda estaba sucediendo?
Voltea a ver a Steve y también tenía un gran rostro de confusión, miro a los Payne, y el tío James junto con Liam tenían el mismo rostro de mi padre excepto Isabela y Amanda… ¡¿Qué mierda está sucediendo aquí?!
–Steve… –Habla Isabela conteniendo una gran sonrisa.
– ¿Qué está pasando aquí?
–Pues… –Responde Marian, una de mis otras tías, esto es algo muy confuso la verdad…– La noche aún es joven queridos hermanos, y, la noche no sólo se las habíamos planeado para una simple y aburrida cenita familiar…
– ¿Qué? –Escupió James con confusión.
No puedo evitar mirar a Liam, quién está recostado muy sexy del auto con cara de indiferencia, lo cual me lleva instantáneamente a otro mundo. Qué perfección, ¿por qué tuviste que ser mi primo Liam, por qué? Él me mira, y quedo en shock, nos estamos mirando, y siento cómo ya no estoy escuchando absolutamente nada excepto los latidos de mi corazón. Él me sonríe, siento cómo la sangre viaja deliciosamente hasta mis mejillas y sin evitarlo, le sonrío de vuelta, ¡deja de hacerme eso! Me escanea con la mirada, de abajo hacia arriba, lento, cauteloso, sexy, me devora con su mirada, estoy caliente, y no lo digo en el sentido sano. Algo húmedo se siente en mis bragas. Pero qué sensación más divina. Reacciono y entonces deseo no haberlo hecho, pues lo veo observando mis senos y mordiendo su labio, lo cual hace que la sangre en mis venas quiera saltar de su lugar y mis mejillas ardan sin piedad. Bajo la mirada, pero sé que él sigue observándome con su posesiva mirada.
– ¡Me parece perfecto! –Habla Steve destruyendo mis pensamientos en segundos.
– ¿Entonces qué estamos esperando? –Preguntó James.
¿De qué me perdí?
–Vamos Stephanie, sube al auto. –Ordena Isabela. ¿Pero qué carajos está pasando?
–Liam hijo, sube al auto de tus tíos. –Le ordena Amanda.
Esperen ¿Qué?, ¿Al auto de tus tíos? ¡Maldición! ¡¿De qué me perdí?!
– ¡Stephanie! Quita esa cara. –Me regaña Isabela, acomodo mi rostro, ni cuenta me había dado de que tenía cara de perro con una combinación de confusión.
–Pe… pero, ¿a dónde vamos? –Pero qué patética se escucha mi voz.
– ¿Vamos? –Habla Steve.
– Sí, ¿para dónde vamos? –Liam está en las mismas condiciones que yo, sólo que él sí es sexy, ¡yo no!
– ¡Já! –Se burla de él James– Ustedes al único lugar al que van es a dormir.
– ¿A caso no escucharon lo que estábamos hablando? –Pregunta Marian.
– No… –Responde Liam por los dos, serio, wau.
– Nos vamos a un bar, ¡a tomar! nosotros, los adultos. –Nos aclara James.
Oh… claro… de eso nos habíamos perdido.
– ¿Y nosotros qué? –La voz de Liam es firme, dominante, me intimida.
– Duermen, fin. –Demanda Steve– Y suban al auto, para que no se nos haga tarde.
No quiero hablar más, simplemente obedezco y me subo al auto, sólo porque sé, que Liam se va a subir conmigo. Subo a la parte trasera y para mi muy grata espera Liam sube conmigo, esto es un sueño, del cual tendré que despertar muy pronto desgraciadamente.
Steve sube al asiento de piloto y enciende el auto, no veo que más nadie se suba, arranca el auto, veo a través de la ventana, Isabela se está subiendo en el auto de los Smith junto con mis otras tías… Que esto no sea lo que estoy pensando…
– ¿a dónde vamos? –Pregunta Liam, confundido.
– A mi casa, los dejo ahí y me regreso. –Contestó mientras conducía.
– ¡¿Qué?! –Sobresalto extrañada y muy en el fondo agradecida.
Miro a Liam, él me sonríe pícaramente… Dios…
* * *
– Duérmanse temprano, ya me voy, me están esperando, adiós hija, adiós sobrino.
Y entonces ya se había marchado dejándonos a Liam y a mí, ¡solos! En mi casa, siento que las piernas me traicionan, pues están temblando agresivamente, pero tengo que encararme con Liam, que sé muy bien, que me está mirando…
– Hola… –Rompe el silencio él, está frente a mí, ¿qué hago?
– Y adiós…
Huyo de ahí lo más rápido posible hacia mi habitación, ¿es en serio? ¿Acabo de decirle eso? ¡¿POR QUÉ SOY TAN DESGRACIADA?! ¿Cómo pude hacer tal porquería? Subo las escaleras arrepintiéndome hasta la mierda por haber hecho eso. Entro a la habitación y lanzo mi bolsa, respiro a fondo y comienzo a caminar de aquí y allá, echándome aire con la mano cómo típica mujer desesperada…
– ¡Un baño! Sí, eso, un baño…
Quito mi vestido desplazándolo por mi cabeza, mala idea, mi cuerpo está tan caliente que el rose de la tela y mi piel hacen un contacto tedioso. Ya me muero por entrar en el agua…
* * *
Bajo al living cómo nueva, en una cómoda pijama de camiseta y short, ese baño me sirvió de mucho, Liam está viendo la televisión, ¡sin camiseta! Siento orgasmos en toda mi alma. Él nota mi presencia y me mira rápidamente, sobresalto un poco por su brusco movimiento… lo estoy viendo desde la punta de las escaleras y me sonríe pícaro.
– Soy una tonta, ni si quiera te dije dónde dormirías. –Confiesa apenada.
– No te preocupes… –Habla con voz ronca– de todos modos… el programa está bueno. –Bromea y ambos reímos.
–Voy por una soda… ¿se te ofrece una?
– Para nada… 
Fui a la cocina con cautela, me acerqué al refrigerador y abrí la puerta mientras me inclinaba para buscar una soda, de pronto siento morir cuando unas masculinas manos me toman con firmeza por atrás. Me sobresalto un poco y rápido volteo, encontrándome con una mirada desgarradora de bragas… ya lo siguiente que sé, es que me está violando los labios sin piedad.
Me encontraba sorprendida, confundida, asustada, pero en lo que nuestros labios se habían unido, solo me dejé arrastrar. Nuestras bocas se encontraban en una apasionada guerra, Liam me atrajo más a su cuerpo haciendo que nuestros miembros queden juntos, tan juntos que duele, pude notar cómo el miembro de Liam estaba completamente despierto. Instintivamente coloqué mis brazos alrededor del cuello de Liam, el poso sus manos en mi espalda y comenzó a acariciarla lentamente bajando sus caricias hasta llegar a mi trasero.
¿Esto de verdad estaba sucediendo?
De un momento a otro, ya me tenía cargada a su cintura con mis piernas a su alrededor, él dio vuelta y caminó hacia el mesón, arrojó todo lo que se encontraba en él al suelo, me acostó cuidadosamente sobre el mesón y abandonó mi boca para besarme cuello.
–Liam… –Lo que salió de mi boca fue un gemido, ¿o me hago ideas?
– No te preocupes, nuestros padre no te van a salvar de mí – Me habló sin nunca abandonar mi cuello.
Él succionaba y mordía cuidadosamente para no dejarme marcas me ya me traigan problemas después, con una mano acariciaba mi vientre y sin cautelas la metió debajo de mi blusa. Arquee mi espalda en respuesta a eso, quedando sentada frente a él. Ya ni tenía puesta la camiseta, Liam poso sus manos sobre la orilla de mi short, y me los quitó con astucia. Me atrajo a él.
– ¿Estás segura de esto?
– Joder Liam, ¡hazme tuya! – Respondí en medio de la excitación.
Estoy jodida…
– Pues estoy aquí para cumplir tus órdenes, deseo hacerte mía, hoy, mañana y siempre…
– ¿Pues qué esperas? –La desesperación me dominaba y el deseo de hacer lo que nunca he hecho me carcomían.
Liam obedeció, desabrochó su pantalón y lo dejó caer, ya sólo éramos dos cuerpos en ropa interior. Atrajo su cuerpo hacia el mío para besarme con lujuria, con intensidad… con esa intensidad que sólo el momento describe, me cargó y puse mis brazos alrededor de su cuello, crucé mis piernas alrededor de su cintura, y comenzó a caminar escaleras arriba.
– ¿A dónde me llevas? 
– No voy a hacértelo en la cocina, te mereces algo mejor, y yo puedo darte algo mejor…
Pues, siento morirme…
Me besó, fuerte, apasionado y se dirigió hacia mi habitación, entró rápidamente y cerró la puerta, caminó hacia la cama quedando en frente de ella, y me recostó en ella cuidadosamente junto con él, retrocedí pocos pasos y Liam avanzó otros pocos pasos para quedar perfectamente alineado a mí.
– Esto me estorba – se feria a mi brasier, del cual se desiso en un movimiento fugaz, y se detuvo para admirarme…
– ¿Sabes? esto también me estorba – ésta vez se refirió a la única prenda de ropa que se encontraba en mí.
Colocó sus manos alrededor de la orilla de mis bragas para lentamente ir bajándomelas, una vez sin ellas, gateó hacia mí para darme cortos pero tiernos besos en mi cuello, bajaba lentamente sus besos por mi pecho, hasta llegar a mi vientre, colocó ambas manos alrededor de mi cintura y acarició lentamente hacia mis piernas para separarlas, se detuvo otro momento para admirarme nuevamente.
– Eres hermosa – Dijo y sentí morir.
– ¡Joder! ¡Ya quiero que seas mía!
Dijo Liam con tono de desesperación, se quitó la única prenda que se encontraba en él, para ya encontrarnos ambos totalmente desnudos.
No mires a su miembro… no mires a su miembro… no mires… ¡Ay por Dios!
Gateó nuevamente y se posicionó en mí, me besó, fuerte, mientras que colocó su mano en su miembro para ponerlo cuidadosamente en mi feminidad moviéndolo de arriba hacia abajo haciendo que reciba pequeñas descargas eléctricas sobre todo mi cuerpo.
– No me hagas esto… termina de una vez – Supliqué.
– Lo que ordenes princesa, esto te dolerá un poco –Respondió Liam al darse de cuenta que soy una virgen.
Lentamente entró por mi feminidad, hasta entrar completamente, esto es una mierda, cómo duele… se detuvo un momento para que me adaptara al gran tamaño hijo de puta que tiene. No pude evitar dejar correr una lágrima de dolor por mi mejilla, así que coloco su mano en ella para quitármela con cuidado. Yo sólo coloqué ambos brazos alrededor de su cuello y escondí mi rostro en su pecho para formar un tierno abrazo, él comenzó a sacar lentamente su miembro para nuevamente meterlo de igual forma, repitió esto unos segundos pero se detuvo.
– No tengas miedo de llorar, sé que te duele –Él notó que me dolía y que sollozaba intentado no se diera cuenta.
Alcé el rostro para encararlo fijamente a los ojos.
– Prometo que el dolor pasará, si quieres llorar, hazlo, no te lo calles, si quieres gritar, hazlo, tampoco lo calles –Yo sólo asentí con la cabeza.
Liam comenzó a sacar nuevamente su miembro para volverlo a meter, sólo que ésta vez gemí sin pena y de dolor. A Liam no le complacía mucho eso, lo pude notar. Repitió nuevamente esto por largos minutos, y pude sentir como el dolor se convertía en placer, mis gemidos ya no eran de dolor, sino porque quería más…

pecados con mi primo ( hot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora