Valor

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¿Y si le pregunto? Se planteaba Momo en su cabeza.

Shouto llevaba un par de días extraño, más de lo normal. No hablaba con nadie, ni siquiera con Midoriya, y en las clases se encontraba ausente y le habían llamado la atención varias veces por estar distraído. Momo no podía dejar de preguntarse que podía pasarle, su rostro parecía preocupado, casi dolido... Lo cual no hizo más que preocuparla.

-Momo - La llamó Kyoka, sacándola de su estado de preocupación.

-¿S-si?

-He oído hablar a Midoriya e Iida... Ellos también están preocupados por Todoroki, pero no están seguros de si preguntarle.

-Ya me imagino lo que vas a decir... No se Kyoka, él y yo no tenemos tanta confianza... Tengo miedo de herirle con mi pregunta, o de hacer que se enfade conmigo... - Explicaba Momo insegura, deseaba preguntarle con todas sus fuerzas, pero no tenía agallas suficientes.

-¡Pero si te quedas así no vas a conseguir nada! Puede que esta sea tu oportunidad para acercarte más a él.

-Chicas, he de cerrar el aula, las clases han terminado por hoy. - Les dijo el profesor Aizawa desde la puerta.

-Como sea, tan solo piénsatelo, no me gusta verte tan triste...  - Eso fue lo último que le dijo Kyoka al salir de clase.

***

Ahí estaba, dando vueltas por el pasillo nerviosa, decidida a llamar a la puerta de Todoroki, pero cada vez que se acercaba a su habitación le invadía la duda... Si seguía así acabaría llegando alguien y preguntándole que demonios hacía, y no le apetecía dar explicaciones.

-¡Se acabó! - Exclamó parándose ante su puerta - ¡Pienso hacerlo!

Acercó su mano a la puerta, esta vez lo conseguiría, lograría el valor suficiente... Para salir corriendo.


-Soy estúpida... - Se dijo a sí misma tras pararse para coger aliento frente a una cafetería.

Había llegado corriendo hasta un barrio tranquilo no muy lejos de la academia. Sabía que en su cuarto solo se torturaría a sí misma con la duda, así que tomar el aire le vendría bien, aunque se arrepentía de no haber avisado antes a alguna de las chicas.
Hacia bastante frío fuera así que Momo entró en la cafetería. Era una de sus favoritas, además vendían unos helados artesanales deliciosos, cualquiera diría que era una locura comer helado en pleno invierno, pero a Momo le encantaba.
Tomó asiento en una de las mesas frente a la ventana, la cafetería estaba prácticamente vacía y se respiraba un aire de tranquilidad, por la ventana se podía ver como la gente paseaba echando vaho por sus bocas, Momo no se había dado cuenta al ir corriendo, pero realmente hacia frío. Sin embargo, el establecimiento era reconfortantemente cálido, no tenía nada que ver con lo que se veía en el exterior, ese contraste le volvió a recordar a Todoroki...

-Ufff - suspiró entristecida, parecía que no conseguiría olvidarse de él.

-¿Yaoyorozu? - Preguntó una voz al lado suya, Momo no pudo evitar sobresaltarse al reconocerla. -

-Todoroki-kun... ¿Qué haces tú aquí? - La chica empezó a sonrojarse, rezando para que él no lo notase.

-Que casualidad, había quedado aquí para hablar con mi hermana de... cosas, pero al final no va a poder venir, así que ya que estaba decidí entrar yo solo. - Explicó el chico, se le notaba decaído, pero aún así le dedicó una vaga sonrisa y concluyó sentándose frente a ella.

Momo notaba como su cara entera ardía tras esa sonrisa y deseaba que el frío de fuera la invadiese. No se lo creía, después de no ser capaz ni de llamar a su puerta, aquí estaban; los dos sentados...juntos... Quiso contestar algo, pero antes de que pudiese, el camarero les trajo dos copas de helado a los dos.

-Vaya, veo que no soy el único - Soltó con una pequeña risita que hizo a Momo estremecerse.

-La verdad es que me parecería un desperdicio comerlos solo en verano... - Le respondió, no sabía que más añadir, se avecinaba la conversación más incómoda del mundo.

Los dos siguieron disfrutando de sus helados en silencio y, gracias al cielo, el frío del helado sofocó el rubor de Momo. Se sentía extraña, parecía como si hubiesen sido amigos toda la vida, incluso podría ser una cita (una muy silenciosa). "Eso sería genial" pensó Momo, y ahí fue cuando recordó las palabras de Kyoka, ella tenía razón, si realmente quería acercarse más a él, tenía que dar el paso.

-Todoroki-kun - Dijo al fin, éste no la escuchó, parecía absorto en sus pensamientos. ¿Realmente era esto buena idea? - ¿Todoro...ki? - El chico se sobresaltó por un momento, esta vez si la había oído.

-Perdona, ¿pasa algo? - Le respondió tras aclarar su garganta.

-Me preguntaba... Has estado muy extraño últimamente, pareces distraído y preocupado, ¿ha pasado algo?

La pregunta sorprendió al chico, lo dejó helado por unos instantes, hasta que echó la vista abajo.

-L-lo siento, no tendría que haber preguntado, perdóname. - Se disculpó queriendo que la tierra la tragase.

Ah... No esperaba que te dieses cuenta... - Suspiró - Está bien, es solo que... Las cosas están algo complicadas últimamente, siento que no me sale nada bien.

Momo le miraba perpleja, se sentía mal por él pero no sabia que decir, consolar no era una de sus más destacables habilidades, y el chico no parecía estar buscando un hombro sobre el que llorar.
Todoroki estaba teniendo problemas con su familia (como siempre) pero no sabía como explicarle todo de repente a su compañera, no sabía como iba a reaccionar.

Ugh... Siento haberte preocupado con mis tonterías, déjame compensártelo de alguna manera - Propuso el chico.

Todoroki se sentía realmente estúpido, le tenía mucho aprecio a Yaoyorozu, pensar que había estado preocupándola todos estos días... ¿Cómo se habría dado cuenta? Era una chica observadora al parecer, Todoroki se alegraba de que alguien como ella le cubriese las espaldas en batalla.

-No tienes por que, ¿somos amigos no? - Soltó en respuesta a su ofrecimiento - Todoroki, si tienes algún problema quiero que sepas que puedes contar conmigo, haré lo que haga falta.

Es... complicado... Una historia muy larga, pero gracias Yaoyorozu, me alegra contar conmigo. - Le respondió sonriendo, y por primera vez en días, era una sonrisa sincera.

Confianza [Todomomo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora