Respuesta

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Todoroki solo necesitaba saber tres cosas: ¿Qué demonios pasó anoche?  ¿Por qué le dolía tanto la cabeza?   ¿Quién y por qué le había pintado un bigote y un monóculo?

Era muy temprano, casi las 8 de la mañana, y era sábado así que no tenían clase, podría ir a visitar a su madre, pero le dolía demasiado la cabeza y se sentía demasiado cansado. Además, si algo recordaba de la extraña reunión de anoche, era su conversación con Kaminari. Nunca se había parado a pensar que era Yaoyorozu para él, y no era capaz de encontrar una respuesta. No era como si le gustase, pero se sentía muy bien a su lado, le hacía olvidarse de todas sus preocupaciones y pasaban buenos ratos juntos. "¿Acaso no es eso gustarse?" se preguntaba, pero nunca había sentido algo así, no podía saberlo. Aún así no podía dejar de darle vueltas al asunto, quería salir de dudas, ¿qué podía hacer? Tal vez podría pedirle consejo a alguien, pero no se le ocurría quien podría sacarle de dudas.
Tras toda una mañana pensativo, concluyó que tenía que asegurarse de lo que sentía, y para eso tenía que quedar con Yaoyorozu.

***

Momo había pasado todo el día anterior entrenando con las demás chicas y estaba cansadísima, así que su idea de pasar el sábado era ver alguna peli o quedar con Kyoka para hablar de algo. Ese era el plan inicial, pero a la hora de comer Todoroki le propuso salir a dar un paseo, y por más  ganas que tenía de descansar ese día, más ganas tenía de quedar con Todoroki. Le parecía bastante repentino quedar así a solas, pero realmente Kyoka tenía razón y hablar de sus problemas les había acercado más, así que tenía que esforzarse por no fastidiarla e intentar seguir acercándose más y más a su amado.
Momo decidió ponerse una falda de color azul oscuro con unas medias oscuras que le protegiesen del frío, un jersey blanco y un abrigo rojo. Además, se dejó el pelo suelto, tan solo recogiendo los dos mechones de delante en una pequeña coleta atrás. Pensaba que a lo mejor le estaba dando demasiadas vueltas a su imagen, pero necesitaba llamar la atención de ese chico a toda costa.
A falta de 10 minutos para las 5 de la tarde, Momo salió de su habitación lista para su quedada con Todoroki. Por el camino hasta la entrada pensó en los consejos que Kyoka le había dado hace un rato; no ponerse nerviosa, ser sincera, evitar silencios incómodos, no hablar de estudios, no comer cebolla... Eran cosas muy básicas pero útiles, si seguía esa línea todo iría bien.
Cuando Momo al fin salió del edificio, vio a Todoroki a un lado esperándola, llevaba un pantalón negro y un largo abrigo de color marrón claro, además de una bufanda de cuadros roja y negra. Ambos se sonrojaron al ver al otro, y tras unos momentos de asombro se saludaron y se pusieron en marcha.

-¿A donde te apetece ir? - Preguntó Todoroki para romper el hielo.

-Hmm, no sé, tal vez algún parque estaría bien.

-Hay uno cerca de aquí donde tienen una gran variedad de actividades de ocio y puestos de comida, aunque también dispone de un bosquejo más tranquilo cerca de la playa. - "allí podríamos estar solos" pensó Todoroki.

-Me parece bien. - Momo no estaba segura de que podrían hacer allí a solas (a parte de lo obvio 7v7) pero supuso que estaría bien repetir lo de la otra noche y charlar sobre sus cosas.

Caminaron un rato por la zona más popular del parque, aunque en pleno invierno estaba casi vacía, hasta llegar a la zona más apartada donde se encontraban todos los árboles. Tras más de 10 minutos andando, llegaron a un saliente desde el que se veía prácticamente toda la costa, y para su suerte estaba vacío. Los dos se sentaron juntos cerca del borde, Momo empezó a ponerse nerviosa, recordaba el consejo de Kyoka, pero se veía incapaz de calmarse. Por su parte, Todoroki se sentía en calma, con ella cerca todo parecía sencillo y tranquilo, aunque también se sentía insuficiente, faltaba algo. Todoroki la miró en busca de una respuesta, el viento que se levantaba en la costa agitaba sus cabellos haciéndolos parecer tan indomables como las olas que rompían en el saliente, sus mejillas estaban mucho más rosadas que de costumbre, eran preciosas, y su expresión derrochaba timidez como la de un niño en su primer día de escuela. ¿Había visto algo así de hermoso alguna vez? Kaminari tenía razón, era perfecta. Pronto empezó a notar como sus latidos se aceleraban, eso no era normal, quería detenerlo pero no podía, se sentía agitado como nunca en su vida.

-¿Pasa algo? - Comentó Momo tímidamente, cierto chico había estado mirándola por demasiado tiempo, y había congelado una porción de césped a su derecha.

-Eeeh... - a Todoroki no le salían las palabras - No. Bueno sí, en verdad no. Sí... pero no.

Momo se sentía confusa, ¿por qué estaba tan tenso de repente? ¿volvía a tener problemas? Si era así, deseaba ayudarle en todo lo posible, no quería volver a verle triste.

-Sabes que si tienes algún problema puedes contármelo, pienso ayudarte en todo lo que haga falta. - Le dijo Momo en un tono más íntimo, mientras posaba una mano sobre la suya, la cual estaba tan fría que bien podría ser un congelador.

Eeeh, no, yo... - Todoroki iba a explotar de un momento a otro, no tenía ni idea de que hacer o decir a continuación, ni siquiera era capaz de controlar su particularidad, el tacto cálido de la mano de Momo le había sacado totalmente de lugar, su cabeza ahora mismo era un sinfín de pensamientos que no podía controlar. Encima para colmo su mano izquierda estaba tan caliente que incendió el césped a su lado, ya al borde del pánico Todoroki iba a sucumbir, hasta que Momo empezó a reírse. Era preciosa, su risa era lo más agradable que había escuchado en mucho tiempo, parecía acariciar sus oídos. Entonces por un momento pudo pararse a sentir el tacto de su compañera en su mano, era realmente suave y cálido, y junto con su risa fue capaz de calmarle de nuevo. Tuvo que apartar su mano derecha de la de Momo para sofocar con hielo el pequeño fuego que se iba propagando por el césped, pero lo hizo con una sonrisa, era extremadamente feliz. Momo se preguntaba que demonios había pasado, en un principio se sintió algo fuera de lugar dándole la mano, pero a él no había parecido molestarle, y por alguna razón se veía increíblemente contento.

-Solo estoy cansado, anoche no dormí mucho. - Le respondió finalmente a Momo, esperaba que sonase convincente.

-Si tú lo dices. - Le respondió con una pequeña risita - Si quieres podemos volver, no me importaría.

-No, no, estamos muy bien así... - Quería continuar y decirle lo agradable que era estar con ella, pero no le salían las palabras, y escondía su tímida sonrisa bajo la bufanda.

Momo se sonrojó al ver que él prefería pasar el tiempo con ella, estaba muy nerviosa hace tan sólo unos minutos, pero todo eso se vió sustituido por preocupación y posteriormente por diversión, hasta que finalmente se sentía agusto con él.
Pasaron el resto de la tarde riéndose juntos hasta ya pasado el atardecer, y volvieron juntos a sus respectivos dormitorios para rememorar con sus almohadas lo genial que había sido su "cita".

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Nota:
Bueeeeeno parece que los dos tortolitos ya han dado un paso jejeje.

Espero que hayan disfrutado esta parte, la siguiente vendrá pronto! ~

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