Capítulo 1

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Iban brincando de rama en rama a una velocidad moderada en camino a su hogar. Después de estar de misión dos largos años en Suna finalmente volvían a Konoha. Resultó ser una gran experiencia, ser profesoras el primer año en la Academia las ayudo a crecer como personas y a descubrirse así mismas. Habían cambiado, tener que ayudar a niños en su aprendizaje, las había hecho madurar en cierto punto. Convivir con sus superiores en las misiones el resto de su estancia, las ayudó a mejorar como ninjas, aprendieron nuevas habilidades, nuevas formas de ver las cosas y comprender mejor el propósito de la vida. Ahora eran parte también de Suna.

Además de que en ese viaje se habían echo inseparables, antes eran compañeras, ahora eran mejores amigas y juntas volvían, sin olvidar a Temari. En su estancia en Suna fue ella quién estubo acompañandolas e instruyendolas en su hogar temporal en cada paso que daban. Así que antes de volver decidieron que la rubia mayor viviría una temporada en Konoha junto a ellas, claro que eso fue después de muchas súplicas y promesas al Kazekage quién junto a Matsuri y Kankuro se habían hecho también muy amigos de las chicas y las complacía en todo lo posible.

-Detengámonos aquí para comer algo y luego seguir.-cada una hizo caso a la orden de Temari, siendo ella la líder de llevarlas en una pieza hasta Konoha.

-¡Gracias a Dios! Sentía que me desmayaria si esperabámos más tiempo para comer.-dramatizaba una castaña mientras se trenzaba su largo pelo antes suelto.

-Exagerada, desayunamos antes de empezar el recorrido.-le dijo la la pelirosa sentada en el suelo mientras se atiborraba de sus Inarizushis.

-Lo dice la que está comiendo como cerda.- respondió Tenten comenzando a comer también su porción de Inarizushis.

-La cerda aquí es Ino.-respondió con una sonrisa maliciosa para seguir comiendo. Al terminar la oración de fondo se escuchó la risa de las demás.

-Frente, quiero disfrutar de la comida no me eches a perder el apetito.- le dijo una rubia con fingido enojo a su amiga pelirosa.

-Nunca dejen atrás estos enfrentamientos, son bastante entretenidos.-se unió a la charla la rubia mayor.

-Viejas costumbres, nunca se olvidan.-dijo con una sonrisa Ino.

-Hinata, ¿por qué tan callada?-la mencionada estaba en una rama de espaldas al grupo muy quieta y no respondió a Tenten.-¿Estas...¡Un momento! Ese delicioso aroma es ¿canela?-para este punto ya todas miraban con atención a Hinata, la ojiplata solo dejo ver su rostro lleno de una inocencia que claramente era fingida.

-Eh...¿no?

-Hinata, ¿en tus manos tienes roles de canela?- preguntó Ino con ojos brillosos. La Hyuga miró detenidamente a sus amigas para finalmente soltar un suspiro y bajar de la rama.

-Me los regalo Gaara-kun.-dijo con el ceño fruncido. Eran sus favoritos y al ser descubierta, claramente sabía que lo correcto era compartir, pero era muy diferente que ella se dejara llevar por lo correcto en esa situación.

-Ese diablillo.-murmuró Temari.-Compartirías con nosotros por favor.-La Hyuga frunció mucho más el entrecejo.

-Nop, Gaara-kun me los obsequio a mi. No tengo porque darles.-respondió con simpleza para comer uno de sus roles de canela. Todas intercambiaron miradas, Hinata era una golosa cuando se trataba de dulces. Además no era justo que la ojiplata si tuviera postre y ellas no.

-Esta bien, come tranquila tus dulces. Nosotras estaremos aquí, solo con nuestros Inarizushis.-dijo con fingida tristeza Sakura.

-De acuerdo.-dijo la Hyuga sin prestar atención a nada más que a sus preciados roles de canela. Sus amigas la miraron incredúlas, una simple seña de Temari bastó para que todas comprendieran su plan.

La Hyuga estaba tan distrída con sus dulces que no se dió cuenta cuando Tenten la sujetó de ambos brazos y las demás se le fueron encima haciendole cosquillas, la cual era una de sus debilidades. Sin mucho tiempo de espera Hinata comenzó a reir y a patalear para que la liberaran de esa tortura.

-¡Esto es por no compartir!- decía Ino mientras también reía.

-¡Esta bien! Esta-bie-bien!¡Me-me rindo!-decía la Hyuga sin parar de reir.

-¿Vas a compartir con estas pobres chicas?-preguntó Temari con una sonrisa.

La Hyuga iba a responder, pero se vio interrumpida por el movimiento irregular bajo sus pies. El momento agradable pasó al olvido, todas estaban alertas y en posición de ataque.

-¿Qué sucede? ¿Es un terremoto?-preguntó alarmada la castaña.

-No lo creo, el movimiento es bastante irregular para ser un fenómeno natural.-apuntó Temari-¡Hinata, observa alrededor, busca cualquier cosa fuera de lo común!-la ojiplata solo asintió.

-¡Byakugan!-la ojiplata observaba todo a su alrededor concentrandose como le habían enseñado para poder llegar más lejos, no veía nada extraño.

-No persivo nada Temari.-justo al decir eso pudo ver a unos seicientos metros distintos chakras, apostaba lo que fuera a que allí estaba ocurriendo una batalla.-¡Esperen! A uno seisientos metros en dirección al sol hay personas. Por lo que veo en sus líneas de chakra, están en plena batalla.

-¡Tenemos que ir, pueden ser aliados!-dijo Sakura.

-¡De acuerdo, andando!-dió la orden Temari.

Al momento de dar el primer paso, el suelo tembló. Comenzó a moverse fuertemente haciendolas caer al suelo y segundos después una luz blanca y muy brillante llegó hasta a ellas acompañada de un fuerte zumbido que al parecer tenía como propósito explotarles la cabeza, está mala combinación las debilitó y lentamente cerraron sus ojos para caer desmayadas.

Misión Rango S: Cuidar de EllosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora