Instagram. Sassy; Leondre Devries

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Narrado✨

Leondre mira el móvil sin cesar, con más nerviosismo a cada paso que se encuentran más cerca de la cafetería a la que ha convencido a su amiga de ir, a pesar de que acaban de salir de otra. Leah lo observa de forma divertida, pero con cierta extrañez.

-¿Pasa algo, Leo?- 

-Nope- Contestó el chico

En verdad si que pasa algo, algo a lo que el chico había accedido hace unos días y que lo estresa bastante, ya que podía salir estrepitosamente mal. Tras unos minutos más de camino, el colorido cartel de la cafetería Reason D'etre les da la bienvenida en medio de una de las tantas plazas concurridas de la vieja Londres. 
Leondre abre la puerta y deja pasar a la chica primero, aclarándose la garganta y dándose unos golpecitos en el pecho, una señal más de su inquietud.

La cafetería, alegre y en tonos pastel, tiene un ambiente de júbilo primaveral y un aroma a café de molino tradicional que muchas otras envidiarían. Apenas hay gente debido a la hora que es. En una mesa hay una pareja desayunando, en el fondo una abuela con un bonito sombrero de paja lee un libro dando sorbos a su té, y pegada al ventanal se encuentra una chica sola, de espaldas a ellos y con una gorra blanca en la cabeza. 

Leondre agarra la mano de Leah sin dudarlo y la guía por el local. La chica, que no se esperaba el contacto de su amigo, se ruboriza y entrelaza su mano con la de él sin más opción. Para sorpresa de ella, el chico la arrastra hasta la mesa ocupada por la mujer de la gorra, y sin que Leah pueda pensarlo, la sienta frente a ella de un empujón.

-Leondre, ¿No ves que está ocu..?- Intenta decir ella, pero deja de hablar cuando se gira para disculparse ante la desconocida con una sonrisa tímida

-Hola, Leah- 

-¿¡¿Ana?!?-

El silencio se hace presente. Las hermanas se miran a los ojos, una con expresión de sorpresa total, pillada con la guardia baja, y la otra mordiéndose el labio inferior con las cejas alzadas.

-Eres... ¡Eres un capullo! No vinimos a Londres porque yo necesitase desconectar o tu te preocupases, vinimos porque ella te lo pidió- Le grita la rubia a su amigo, muy enfadada.

Leo baja la mirada al suelo.

-Leah, él ya tenía pensado venir. Yo le pedí que te acercase aquí cuando supe que te traía a la capital, no es su culpa- Excusa la hermana mayor

La pequeña se cruza de brazos hacia un lado y la mira por el rabillo del ojo. tal y como cuando eran pequeñas.

-Sólo tomémonos un café juntas, y cuéntame como estás. Solo eso, luego, si quieres, no me volverás a ver. Me vuelvo a Estados Unidos en unos días- Leah suspira con molestia- O mejor que un café, un batido de fresa con nata y toppings de galleta con sirope de chocolate, ¿Si?-

A la rubia se le escapa una sonrisa al escuchar lo que siempre pedía cuando en Estados Unidos salían juntas, pero enseguida la borra, y acepta tímidamente, no sin antes darle un puñetazo suave en el hombro a Leondre, muy resignada.