Capítulo 28

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HARRY

Un silencio absoluto llenó la sala. Fiona había llamado zorra a la madre fallecida de Maddie y esposa de Edward. Miré a Maddie y tenía la mirada perdida, sin expresión alguna. Eso la había calado hasta el fondo. Al igual que Edward, que estaba totalmente callado. Yo también me quedé atónito ante aquello, pero decidí actuar.

-Discúlpese ahora mismo. -expresé mi rabia contenida de forma educada.

-¿Y quién me va a obligar, eh?

-Yo. -contesté sin miedo- Jamás le he puesto una mano encima a una mujer y jamás lo haré, pero como no se disculpe ahora mismo ante Maddie y el señor Bennett, no hará falta la violencia física para castigarla.

Pensé que Edward me pararía o incluso me daría un puñetazo por ser tan grosero y violento con su mujer, pero no. El silencio seguía allí. Aunque no duró mucho. Maddie salió de su trance y se acercó poco a poco a Fiona para... ¡darle una gran bofetada! Fiona se quedó pasmada, con los ojos de par en par y con la mejilla izquierda colorada como un tomate. Al igual que antes, pensé que Edward haría algo al respecto, pero no. Nada de nada. Simplemente miró a Maddie, miró a Fiona y por último me miró a mí.

-Harry, es mejor que te vayas. Y llévate a Maddie contigo.

Yo no discutí con él para nada y me llevé a Maddie de allí cogiéndola de la mano, ya que volvía a estar perdida. Bajamos por el ascensor y, como no me respondía al pedirle las llaves del coche, las cogí yo de su bolso. Abrí la puerta del conductor y la senté allí. Pensé en llevarla a mi casa, pero creo que se ahogaría aún más, así que decidí llevarla a un lugar bastante pacífico y bonito que encontré un día cuando se me pinchó una rueda.

Estuve conduciendo bastante tiempo (casi se hizo de noche). Mientras tanto, intentaba hablar con Maddie, sacarle alguna palabra, pero no me contestaba, ni tampoco me miraba. Estaba totalmente desconectada del mundo. Cuando llegó a mi casa estaba tan llena de vida y guapísima con esa sonrisa que siempre vestía, y ahora estaba totalmente desolada. Esta mañana no podía parar de pensar en lo que ocurrió anoche, pero todo eso se me olvidó al ver a Maddie así de mal. No podía pensar en nada más que no fuese ayudarla a pasar el mal trago que estaba sufriendo.

-Maddie, ya hemos llegado al lugar que te he dicho. -apagué el motor y salí del coche para ir a la puerta del copiloto. Abrí la puerta y me agaché para estar a la misma altura- Aquí estamos. Es de noche, así que va a ser perfecto. Podremos ver las estrellas. Y dicen que habrá algunas fugaces. -me inventé para que saliera del coche. A Maddie le encantaban esas cosas de las estrellas y las constelaciones. Y funcionó.

-Estrellas fugaces. -susurró. Fue más bien un hecho que una pregunta.

-Sí, princesa. ¿Vamos a verlas? -le ofrecí mi mano y ella, por fin, la aceptó- Te voy a llevar a un lugar donde se pueden ver bien, ¿vale?

Los dos nos alejamos un poco del coche, no muy lejos, a una pequeña explanada con mucha hierba y árboles. Era como un pequeño prado en medio de la ciudad.

-Maddie, siéntate aquí. -la dejé bajo un árbol- Ahora vuelvo. No tardo.

Corrí al coche para coger una manta, ya que se había hecho de noche y refrescaba, y una botella de agua fresca que siempre llevaba en el coche. Y de paso, llamé al padre de Maddie para que supiese que estaba sana y salva conmigo.

-Hola, señor Bennett. Soy Harry.

-Hola, Harry.  -fue muy seco su saludo.

-Le llamaba para decirle que Maddie está bien, que está conmigo. Llevaré a Maddie un poco tarde porque la he traído a ver las estrellas y...

Con Sólo Una Caricia (Harry Styles fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora