Con Sólo Una Caricia (Harry Styles fanfic)

Capítulo 53

HARRY

Después de haber echado el mejor polvo de toda mi vida con Maddie, nos arreglamos para que nadie de la biblioteca se enterase de que habíamos tenido una sesión porno justo al fondo de la sala.

-Me gustaría esperarte hasta que salieses para luego dar una vuelta, pero tengo algo que hacer, Maddie -le confesé.

-¿El qué?

-Voy a ver a la de la condicional para ver si me consigue algún trabajillo. Así podré devolverte todo el dinero que me prestaste -no pude volver a recordar cuando Paul nos amenazó y lo que hizo Maddie por nosotros. Es algo por lo que le estaré mil millones de veces agradecido.

-No pasa nada. De todas formas, tengo que ir con Ailyn y con otras amigas de compras. Espero que tengas suerte-dejó un suave beso en mis labios. Yo se lo devolví y me fui directamente a mi moto.

Me sentía fatal por lo que le había hecho a Maddie, pero tenía que devolverle todo ese dinero. Y para ello tuve que mentirle. Bueno, no del todo. Es verdad que iba a ver a la mujer que me consiguió el trabajo de mecánico, pero después tenía que hacer una cosita que estaba seguro que no le gustaría ni un pelo. O tal vez sí.

***

Después de estar hablando con Darla (bueno, más bien me echaba la bronca por perder el trabajo) y por casi suplicarle un nuevo trabajo, quedamos en que me llamaría si encontraba algo que se ajustase a mi situación y a mí.

Miré mi reloj y vi que era exactamente la hora precisa. Al menos eso me dijo Enriqueta. Pero, ¿qué tiene que ver Enriqueta con esta historia?

Recordé que, cuando el padre de Maddie estuvo en el hospital, alguien llamó a Fiona y su conversación era bastante "provocativa". Vamos, que se le notaba un huevo que tenía un amante. Así que decidí que esa sería mi oportunidad para resolver el asunto del dinero con Maddie. Le pediría la cifra que Maddie me prestó (más unos cuantos dólares para cubrir ciertos gastos de mi casa) a cambio de que no le dijera nada a su marido. Sí, sé que era algo asqueroso, pero tenía que devolver el dinero a Maddie de alguna forma. Aunque devolverle el dinero con su propio dinero era una forma un tanto estúpida. Pero quería quitarme esa carga que tenía dentro de mí y esa era la única forma que se me ocurría. Además, si no colaborase, se lo diría a Edward. Bueno, en realidad, se lo diría de todas formas. Algo como eso no debería de ocurrir y mucho menos a Edward, un hombre de puta madre.

Fui a la casa de Maddie y vi que de allí salía Fiona, justo a la hora exacta. La seguí durante unas cuantas manzanas hasta que llegó a un barrio no muy concurrido de la ciudad. Me extrañó muchísimo que una mujer tan estirada como Fiona se adentrase en ese tipo de barrios en los que sólo habían muertos de hambre con gustos muy poco saludables y señoritas de falda corta y sueldo cuestionable. Para ser más claros, drogadictos y prostitutas. Un lugar al que no le iba a Fiona ni de cerca. Pero después me di cuenta del porqué.

Allí había un pequeño motel muy cutre con un letrero en neón con las palabras "se alquilan habitaciones". Obviamente aquello era un picadero para los dos tortolitos. Fiona entró allí mirando primero a un lado y a otro por si acaso alguien la seguía (en este caso era yo el que lo hacía) y entró allí de inmediato.

No sabía muy bien si esperar a ver cuánto tiempo estaba en ese antro tirándose a su amante. De hecho, quería quedarme para saber quién cojones era, pero, como si alguien me estuviera escuchando, vi cómo ella y otro tipo salían del motel. Él era un chico rubio y joven, probablemente de mi edad, y la verdad es que estaba bastante cachas. Era todo lo contrario a Edward. No me refería a que Edward no estuviese fuerte (si pudo enviar un cura al hospital y dejarlo en coma, sería por algo), pero era más físicamente vistoso que él estaba muy fuerte.