Capítulo ocho: Pensamientos.

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A N T E S.

Flug se levantó del suelo unos minutos después de pensar en sus pesares. Buscó entre sus cosas otra de las cuantas bolsas de repuesto que tenía, y se colocó la primera que vió. No usaba siempre la misma bolsa, ya que la mayoría en algún momento se manchaban, y no podía usarlas nuevamente. Eran las bolsas de la comida cada que Demencia o Black Hat van a la tienda a comprar.

Hablando del último, un sonrojo volvió a apoderarse del científico al revivir los recuerdos de aquélla mañana, recordando ahora al fin, la noche que habían tenido ambos.

— Fue raro... —Dijo en voz alta, caminando directamente a su mesa de trabajo para continuar con él dispositivo de invisibilidad que le ayudaría a escapar.

— ¿Fue raro qué? —Cuestionó Black Hat, entrando en su laboratorio. Esta vez no estaba disfrazado de Demencia. Flug soltó un pequeño chillido del susto que se había llevado por culpa del cruel villano.

El susto fue tal, que uno de los aparatos de prueba que estaba organizando se había caído al suelo, desintegrándose. El científico crispó al ver que el líquido de algunos de los láseres se dispersaban por el suelo.

— ¡J-Jefecito, cuidado! —Exclamó alejando a su jefe unos centímetros del invento dañado, asegurando su seguridad por completo.

— ¿Qué era eso? —Flug al oír aquella pregunta su cuerpo se paralizó, sus manos comenzaron a temblar, y su boca comenzó a tartamudear. Aún no había inventado alguna buena excusa para el mayor.— ¡Responde! —Pasaron escasos segundos y ya Black Hat perdió la paciencia. Se empezó a acercar poco a poco al doctor, intimidándole para qué le dijera la verdad.

Aunque ya él sabía los planes de su científico, quería escuchar las excusas del doctor y ver que tan mentiroso era.

— Eh... B-Bueno yo... —Flug retrocedió por inercia, lo único que salía en su cabeza no eran excusas nada creíbles.

Más sin embargo, dando unos pocos pasos, una pieza del prototipo destrozado lo hizo tropezar fuertemente contra el suelo. Flug ahogó un grito de dolor al sentir como uno de los cristales partidos pertenecientes al invento, se había incrustado en sus guantes de látex y cortado gran parte de sus dedos. El ensombrerado observó el golpe, suspiró.

— Vamos a curarte, tonto. —De su espalda salieron cuatro tentáculos de color negro, las cuales sin esfuerzo levantaron al doctor del suelo.

El cara de papel se sonrojó al sentir aquellos extraños y inentendibles invertebrados de su jefe tomando sus piernas y torso para levantarlo. Le dejaba una sensación que le exigía más que un agarre por alguna razón.

Black sentó a Flug en su silla en frente del escritorio.

— ¿Tienes alguna caja de primeros auxilios? —Preguntó buscando en los cajones de la zona.

— S-Sí, en la caja de allá. —Señaló unas cajas apartadas. El mayor las tomó con uno de los tentaculos que generaba. Al tener ya la caja en sus manos, la abrió, encontró algo de Alcohol, algodón y unas vendas limpias.

— No te muevas... —Ordenó tomando la mano del otro y le quitó el desgastado y roto guante. Flug asintió torpemente.

Black se dedicó a curarle la herida al doctor. No era un experto en curación, pero entendía lo básico, por si en algún momento Flug o Demencia resultaban lastimados. Mojó un poco de algodón en el alcohol, para luego pasarlo por la herida.

— ¡Ah! ¡E-Espere! ¡Jefecito! —Un gemido de dolor se escapó de la boca del doctor al sentir aquél líquido hacer efecto en su mano.— ¡D-D-Detengase! —Black Hat paro en seco por unos segundos, oír los gritos de Flug pidiendo clemencia eran algo extrañamente único, y le gustaba mucho.

— No lo hare. —Prosiguió con la curación, Flug volvió a quejarse.

— ¡J-Jefecito! ¡D-Duele-Ah! —El villano aplicó más fuerza, causando otro grito del menor. Sentía horriblemente aquella zona arder.

— Ya pasará. —No le dio importancia a su dolor, si no a los sonidos que salían de su boca. Eran música para sus malvados oídos.

Y no fue hasta cuando Demencia se aburrió y tiró a la puerta del doctor algunos platos de porcelana y de vidrio, que Black Hat y Flug no fueran interrumpidos. El mayor molesto fue directo a la puerta y lo primero que hizo fue sacar una mueca de horror hacia el oso y la chica.

Obviamente, 505 cayó desplomado por el susto, tirando el cereal con leche que le había preparado con mucho amor para el doctor. Demencia huyó a su cuarto rápidamente, dándole suerte a Black Hay de que Flug no la viera en el tamaño de cuál ella se encontraba ahora.

— Malnacidos. —Dijo frívolo el mayor, cerrando la puerta con fuerza. Volvió a donde estaba Flug, quien se encontraba aún estático a lo que acababa de ver.— Dame tu mano otra vez. —El doctor hizo caso sin chistar y extendió su brazo. Black retomó la curación mojando una gasa esta vez.

...

A H O R A.

Flug estaba acostado boca arriba en su cama, mirando su mano ahora vendada por su jefecito. Perdido en sus pensamientos.

¿Era bueno enamorarse de él?

No, no lo era.

— ... ¿Me estaré volviendo loco? —Se cuestionó en voz alta. Observando y recordando todo lo vivido con el mayor de la casa.

...

Notas de la autora:

¿No les pasa que les dañan el teléfono y pierden todo lo que han escrito?

Pos a mí me pasó, por eso me tardé en actualizar, y además que tengo que terminar mi proyecto escolar (una tesis) y un periódico también escolar (por razones como esta, odio a mi profesor de castellano.)

Noticia; esto se acaba en unos capítulos más, no es un fanfic largo :/

Bue, me wua dormir. ZzZzZzZzZzZzZz...

Sayonara~!

Escape // Paperhat // VillainousDonde viven las historias. Descúbrelo ahora