Capítulo cuatro: Invitación

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— Podría ser una batería de cien... —Se decía a si mismo mientas continuaba con la creación de aquella arma. Estaba empezando a hacer varios prototipos de distintos calibres de poder.

Tenía que encontrar el equilibrio perfecto para no ser desintegrado por la combinación de los rayos que había colocado en los prototipos. Probaba con manzanas y alimentos para ver si desaparecían o pulverizaban. Y en cada prueba copiaba los datos para acercarse más al tipo de frecuencia que buscaba.

— Este desintegró la mitad de la pera con el setenta y cinco por ciento, la otra parte esta podrida por completo... —Anotó en una libreta gastada sus apuntes de aquél experimento.— Debería bajar las frecuencias un poco más.

Un toc, toc fue escuchado en su puerta. Flug no estaba atento a ningún sonido que no fuera proveniente de su máquina. La puerta se abrió de todas maneras, dejando ver de nuevo a Black Hat disfrazado de Demencia.

— ¡Flug! —Entró energéticamente, realizando un buen papel de la bicolor. El doctor chilló al oír su voz en su laboratorio.

— ¡Demencia! ¡Te he dicho cientos de veces que toques antes de entrar! —Black viró los ojos.

— Pues para tú información, lo hice. ¡Pero alguien se olvidó abrirme! —Flug notó como la puerta estaba algo rota, se dió cuenta de lo tan concentrado que estaba en su proyecto que no le había prestado atención al desastre de la "chica".

— Oh... —Fueron lo único que soltaron sus labios. Mirando ahora como la puerta terminaba de caerse por obra y gracia de la ya muy estudiada para el, gravedad.

— ¡¿Eso es todo lo que dirás?! Éso explica por qué eres tan inútil. —Aquel comentario no le agradó para nada al doctor.— En fin, tengo noticias de mí lindo Black Hat. —El incógnito miró como las manos del otro volvían a hacerse puño.

— ¿Y se puede saber de qué? —Empezó a utilizar su destornillador para algunas piezas sueltas de uno de los aparatos que tenía en su mesa de trabajo. Sus celos no lo dejaban tranquilo otra vez, así que pensó que el trabajo lo distrajera de las anécdotas románticas de la que creía que era Demencia.

— Black Hat quiere verte en el sótano dentro de unas cinco horas. —Flug comenzó a sudar frío por los nervios, una oleada de mariposa adueñó su estómago, volvería a ver a su jefe después de aquel pequeño castigo. No quería que le mandara a hacer otro estúpido artefacto que terminaría en un estado deplorable, sin embargo conocía al demonio. Tenía que obedecer.

— ... De acuerdo. —No dijo más. "Demencia" rió cómo loca. El científico pensó que quizás se estaba burlando de lo que le esperaba.— ¿Tienes algo más que hacer aquí? —Le preguntó ya harto de su presencia.

— Pues nop, ¡Adiosin! —Y se fué.

Flug volvió a colocar atención a su trabajo, mientras un sonrojo teñía la cara oculta de su bolsa.

...

— ¡505! —Exclamó Black Hat (ya con su apariencia original) buscando al oso azul de pensamientos dulces. El nombrado apareció por detrás de él con unas bolsas de compras en las manos.— ¿Compraste todo lo que te pedí? —El animalillo asintió.— Perfecto, dámelo y vete de mi vista. —Dicho y hecho, 505 dejó las bolsas en el suelo y se fue corriendo a la salida más cercana, saliendo del campo de visión del villano.— Oh mi querido doctor... Vamos a ver si deseas escapar después de esto~

Tomo las bolsas y comenzó a realizar la primera fase de su plan. No era un experto en cosas románticas, pero haría que su doctorsito lo amara de por vida. No iba a dejar que se escapara de su vida tan fácilmente.

No lo iba a soltar nunca.

...

— ¡Por fin! —Gritó exasperado el científico con su bolsa en la cabeza. Había dado con la fórmula equilibrada. Un aguacate fue su último intento con los rayos del arma, y se había vuelto por completo invisible. Flug lo examino a ojo crítico, y todas sus moléculas estaban intactas. Dió que la única forma de que le pudieran quitar aquél efecto de invisibilidad era empapándolo en agua fría. Cosa que seria difícil que lo descubriera su Jefecito.

O eso pensaba.

Suspiró con pesadez, miró el reloj para darse cuenta de la hora que era. Con la velocidad que sus piernas podían brindarle, corrió a los cajones de su habitación a colocarse una bata que no estuviera llena de tinta y otros químicos no identificados para algunos. Dentro de cinco minutos debía estar frente a Black Hat si no quería que su cólera fuera despertada por apenas unos segundos tarde. Terminó de cambiarse y salió como loco al sótano donde lo esperaba su jefe.

Ganas no le faltaban para verle.

...

Notas de la autora:

Alv, :"v no c, pero tengo sentimientos encontrados si ya meter lo hard o no.

Aviso de que si o sí, el Black se violara a nuestro querido Flug :"v no por algo lo puse con contenido adulto alv.

Ciau c:

Escape // Paperhat // VillainousDonde viven las historias. Descúbrelo ahora