Brian escribio unas cuantas palabras en su portatil y cerro el documento un momento despues. Miro su oficina. Luego se levanto y se sirvio un vaso de whisky. Nada mejor que un Jack Daniel's cuando trabajas duro...y cuando tu plan de venganza esta a punto de comenzar. Volvio a sentarse en su asiento y sonrio. Sonrio malicioso. Sonrio por venganza. En pocos minutos el mismisimo John Smith estaria al frente de el con su arrugada mandibula en el suelo y le rogaria que se callara. La simple vision de ver a Smith arrodillado rogandole le hacia sentirse tan jodidamente bien. Alice, su asistente entro en su oficina y le aviso que tenia alguien esperando a entrar. El movio su cabeza en gesto de que lo dejara entrar y bebio otro trago. Si, ya casi sentia a John rogarle.
Pocos segundos despues, un hombre canoso de unos cincuenta años entro en la habitacion con su traje negro y una corbata roja, bien hecha. El hombre cerro los ojos y arrugo su boca. Cerro la puerta y Brian lo miro por un momento. Luego se sento en frente de el y lo estudio con sus ojos. Bufo y fruncio el ceño.
-Vamos, ¿dime que mierda quieres? -espeto John. Brian arqueo una ceja y meneo la cabeza.
-No has cambiado para nada, John. Sigues siendo el mismo infeliz de siempre...solo que mas viejo -se burlo.
John volvio a cerrar sus ojos y tomo aire. Lo exhalo con fuerza y abrio sus ojos.
-¿He viajado desde Huntington hasta aca y solo consigues en decirme que estoy arrugado?
-Si y no. -lo miro- Si, estas arrugado. Y no, no es lo unico que dire. Tengo muchas otras que decirte.
-Brian, todo lo que quisiste insultarme lo hiciste hace 10 años -le recordo- Dentro de unas horas tengo que hacer un discurso sobre mi candidatura.
-Cierto, eres candidato para ser gobernador de Huntington –sonrió malicioso- Esto me encanta cada vez mas…
-¿Que intentas decir?
-Digo que…si llegarás a ganar la candidatura, serías el más infeliz e imbécil gobernador de California. ¿Por qué? Todos los estafadores como tú lo son.
La blanca piel de Smith se torno completamente pálida. Paso una mano por su corto y escaso cabello blanco y carraspeo.
-Jodido infeliz –espeto.
-¿Yo? –Se burlo- No más de lo que tú has hecho a mí, me engañaste, hiciste que me fuera de tu casa y pasara el resto de mi vida intentando sobrevivir. El único infeliz aquí sigues siendo tú.
-¿Que quieres? Esta cita no es solo para seguir insultandome, lo sé. Sé que quieres algo. –dijo el temeroso.
-Sabes, hace unos días observe y escuche algunos videos de tu…hermosa hija.
-¿____?
-Es la única que tienes, hasta donde sé. –John trago saliva. No le gustaba para donde iba esta reunión.- Estoy impactado al ver como cambio, se volvió una mujer. Un muy sensual y seductora. Y para ser sincero…me gusta como es ahora –tomo otro trago de su bebida.
-¿A dónde quieres llegar con esto, Haner? –espeto el hombre canoso.
-Quiero a tu hija, John Smith.
-¿Qué?
-Y no exactamente la quiero para hablar con ella –negó con la cabeza- La quiero en mi casa, específicamente en mi cama por treinta noches. –dijo frio y serio las palabras. John quedo paralizado por unos segundos y parpadeo.
-¿Por qué crees que…?
Antes de que John terminara la frase Brian se adelanto en contestar.
-Porque puedo arruinar tu candidatura. Manchar tu nombre y hasta hacer que tengas que mudarte de Estados Unidos. Se muchas cosas sobre ti, estafas hechas años anteriores y en el presente. Y tú sabes muy bien que tengo una cantidad de personas en el gobierno junto a mí y no se me resultaría difícil arruinarte la vida... –contesto con una sonrisa. Una sonrisa de malicia y venganza.
Nuevamente aquellas palabras cayeron en John como un balde de agua frio. Abrió su boca unos segundos para hablar e inmediatamente la cerro. Analizó cada una de las palabras de Brian y entendió.
-Esta es tu venganza, ¿no? –Le dijo entendiendo todo al fin- Me dijiste que algún día te vengarías de mi y lo estás haciendo.
La sonrisa de Brian creció aun más y asintió con la cabeza.
-Muy inteligente de tu parte –aplaudió sarcásticamente y cruzo los dedos sobre el escritorio.
John negó con su cabeza y se levanto de repente. Brian imito su movimiento.
-¿Quieres a mi hija a cambio de que no hables? –el volvió a asentir- Eres un desgraciado…____ no es un trofeo o un objeto al cual pueda cambiar, Brian. Es mi hija.
-Lo sé muy bien. Pero tengo que admitir que la idea de tener a tu hija por un tiempo es muy...seductora.
Brian rodeo el escritorio y le entrego un sobre. John lo observo. Frunció el ceño.
- Aquí hay un billete de viaje. Tienes hasta el domingo para que ____ este en mi casa. Si el tiempo termina y el domingo ____ no está, es mejor que te vayas despidiendo de toda tu reputación. Tienes exactamente una semana y el tiempo ya esta andando.
John prácticamente arrebato el sobre de las manos de Brian y salió furioso de su oficina. Brian volvio a su sillón de cuero y sonrio.
¿Quién decía que la venganza era mala? ¿Que era un pecado? Entonces a veces la venganza y el pecado podían ser tan dulces, como la miel…