Capítulo nueve [Maratón 4/5]

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Su mirada paseo por los cuidadísimos jardines de aquella casa. Si es así como se le podía llamar por su increíble tamaño. Apostaba a que todo el terreno costaba unos 4 millones de dólares. Casi el triple de lo que podía ganar ella haciendo una gira. Observo la cantidad de árboles y arbustos que rodeaban aquella gran "casa" haciendo como una barrera.

El viejo conductor saco sus maletas del coche y le acompaño hasta la puerta. Cuando iba a agarrar sus maletas, la puerta se abrió. Arqueo una fina ceja al ver otro hombre, vestido de traje, saliendo. Este se acerco a ella y cogió su maleta, sin esbozar una sonrisa o mueca. Nada.

-Señorita Smith, le llevare sus maletas a su habitación -dicho eso desapareció de nuevo en la casa.

_____ se sentía abrumada al entrar. Si por fuera parecía sumamente grande, en el interior lo era aun más. No podía creer lo que veía, sin duda que vivir en un lugar así le intimidaría.

Observo curiosa la decoración del vestíbulo, todo tenía cierta elegancia en cada detalle.

¿Como una persona con una profesión de científico podría tener una mansión de ese tamaño?

Llegaba a pensar que Brian tenía un trabajo oculto como traficante de drogas.

Rio por lo bajo por el pensamiento.

-Señorita Smith -llamo el hombro canoso. Ella se giro hacia el hombre.

-Por favor, llámeme _____, no me gusta mucho las formalidades -le explico ____, dándole una cálida sonrisa.

-¿Quisiera usted que le enseñe el lugar o prefiere hacerlo usted misma?

-Lo hare sola, gracias. Pero ando cansada por el viaje -hizo una mueca. El asintió y sonrió levemente.

-Vale, si tiene hambre la cocina esta a la izquierda del pasillo -le dijo señalándole con sus dedos- La cocinera, que es mi esposa, normalmente se va a las seis y punto, pero siempre quedan sobras de las comidas así que la cocina está abierta a las veinticuatro horas.

A pesar de no haber comido nada durante el avión, exceptuando una bolsa de frutas secas, no tenía hambre. Se sentía lo suficientemente nerviosa como para comer. ____ asintió y el viejo hombre se despidió de ella con otra de sus amables y suaves sonrisas. Suspiro y pensó en lo que haría. Creía que por lo menos Brian la recibiría, como sería lo mas lógico, pero en cambio ella estaba parada en medio del elegante vestíbulo observando los cuadros y adornos.

A continuación, ___ reprimió una risa al ver al hombre con traje dirigirse hacia ella con un exagerado y refinado caminar. Se comenzaba a preguntar si esto era la casa de un simple hombre y no de un príncipe o algo por el estilo.

-Sígame, le mostrare su habitación -hizo una señal para que le siguiera y ella casi tuvo que correr para alcanzarlo. Lo siguió por un largo pasillo. Parecía que no tendría fin. El hombre se detuvo al frente del umbral de una puerta y entro. ____ contuvo su mandíbula para que no cayera al suelo al ver su habitación.

-Si necesita algo solo avíseme -hizo algo entre una mueca extraña y una sonrisa, luego salió.

____ cerró la puerta y silbo por lo bajo al observar mejor la habitación. Tenía el tamaño de un departamento de una sola persona. Era lo suficientemente grande como para entrar unas 30 personas. Diviso sus maletas en una esquina de la habitación y encima de la cama yacía una caja azul. Ella arqueo una ceja y se acerco hasta la caja, era para ella.

Con cuidado y curiosidad abrió la caja para encontrarse una hoja de papel doblada y un objeto envuelto. _____ desdoblo la hoja para ver que era un mensaje de Brian.

Un mes de placer [Adaptada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora