El amor de Serena

Capítulo 1

Los personajes que aparecen aquí son obra de la gran Naoko Takeuchi, la historia es creación de mi loca imaginación.

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Capítulo 1

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―¿Y que si soy virgen? ―gruñó Serena con fungida valentía.

Llevaban hablando, ella y sus cuatro amigas, cerca de media hora de lo fabuloso que era el sexo, hacer el amor y todos sus derivados, pero Serena no había participado en lo más mínimo, pues carecía de experiencia en dicha rama como para aportar algo.

Dado la falta de aportación, sus amigas habían preguntado perplejas que como era posible que siguiera siendo virgen a los dieciocho años.

Pero aunque quería aparentar que no le importaba en lo más minino, era un tema que le afectaba seriamente, porque eran bastante conocidas las hazañas de sus amigas en ese campo y ella cada vez se sentía más exasperada y se preguntaba, como era posible que ella aun no lo hubiera experimentado.

Claro que le había permitido a su novio toda clase de libertades, pero jamás habían pasado de los besos en lo que casi casi se querían devorar el uno al otro.

―Bueno no pensaras lo mismo cuando sepas lo que le he escuchado decir a Seiya ―dijo Mina con una mirada de superioridad.

―¿Qué has escuchado? ―preguntó Serena curiosa, Seiya y ella eran novios desde hacía ya un par de meses y resumiéndolo, sentía que él era el príncipe que ella había esperado por tanto tiempo.

―Cito "jamás saldría con una chica virgen, quien quiere tener que aguantar lloriqueos y lamentos" ―dijo Mina mirándola a los ojos ―, obviamente él ignora que tú eres una de esas chicas ―terminó enfatizando sus palabras con sus cejas levantadas.

―¿Enserio? ―preguntó Serena, dándose cuenta que lo poco que le quedaba de valor se esfumaba rápidamente.

Seiya era por así decirlo el chico popular, y había salido con tantas chicas que Serena se había sorprendido cuando le había prestado atención a ella. Y lo cierto era que temía no entretenerlo por demasiado tiempo. Para ser más precisa, le aterraba, ya que se sentía demasiado enamorada como para soportar perderlo.

Una vez, su mejor amigo le había dicho que un día llegaría su príncipe, y estaba convencida de que este era Seiya.

―Sí, pero claro, él no tiene por qué enterarse ―dijo Rei con convicción.

―Sí, igual y puedes conseguir quien quiera hacerte el favor ―dijo Mina con una pícara sonrisa en los labios.

―¡Por Dios, Minako! ―amonestó Lita ―, no digas tantas tonterías, por favor ―suplicó con un gemido.

―¡Hacerme un favor! ―dijo Serena perpleja ―, estas pirada Mina, no voy a ir por ahí viendo quien quiere quitarme lo virgen ―amonestó.

―En todo caso ―dijo Ami con suavidad ―, cuando Serena quiera dejar de ser virgen será su decisión ―explicó.

―Claro como no eres tú la del problema ―dijo Mina con una mirada de desaprobación.

―No es un problemas Mina, no dramatices ―habló nuevamente Ami rodando los ojos ―, si Serena aun no lo ha hecho no podemos obligarla a hacerlo, a la mejor no ha encontrado al hombre adecuado ―terminó dándole un giño.