Epílogo

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Los personajes que aparecen aquí son obra de la gran Naoko Takeuchi, la historia es creación de mi loca imaginación.

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Epílogo

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La noche comenzaba a caer lentamente aquella tarde, las sombras del crepúsculo iluminaban el cielo lentamente, y Serena miraba con atención todo aquel espectáculo, pensando en la vida, simplemente en la vida...

Era una de aquellas tardes perezosas en las que hacías el recuento de tu vida lentamente, y una de esas tardes que hicieras lo que hicieras no podías escapar de ella.

Es su cabeza, llena de recuerdos en aquel momento, llego uno, Darien, él siempre llegaba profundo, fuera cual fuera el momento, estaba presente en su cabeza, pero en aquel momento, recuerdos sobre ellos dos la invadían de una manera reconfortante.

Por aquella época las cosas se habían comenzado a ponerse difíciles entre ellos, menos de una año de relación habían pasado ya, y aunque ella nunca los había sentido largo aquel tiempo, comenzaba a sentir una extraña tención entre ellos.

Darien se había alejado un poco de ella, de una manera que la había comenzado a asustar con rapidez.

Recordaba perfectamente aquel día en el que todo había explotado.

Habían estado solos, ella había estado en casa después de la facultad y él había llegado tarde del trabajo. Había comenzado a trabajar con su padre hacia poco.

Darien había estado osco y Serena había temido lo peor; había conocido a alguien más.

Pero que equivocada había estado.

Serena entro en el salón, sentándose en el cómodo sofá, todo su cuerpo estaba anegado de extrañas sensaciones, pero con terquedad se había negado a dejar que la molestaran.

―Deberías ir a casa ―dijo de pronto Darien, haciendo que aquellas emociones que se había esforzado en mantener a raya brotaran a la superficie con terrible rapidez.

―No quiero dejarte Darien, te extraño ―confesó poniéndose de pie, para quedar frente a él, las clases de ella, el nuevo trabajo de él los habían alejado un poco.

―Yo también Serena, pero... estoy cansado ―dijo con suavidad, y fue en ese momento cuando la sospecha se instaló con mayor y alarmante claridad en su pecho.

Ahora podía recordar aquel día con una sonrisa en los labios, y tal vez también con un sinigual sonrojo.

―Hay alguien más ―declaró Serena, no era una pregunta, pero las cosas entre ellos no estaban bien, estaba claro, pero ella se había negado a verlo y aquel momento no pudo si no enfrentar la realidad.

―¿De que estas hablando? ―preguntó perplejo, aquella reacción le dio un respiro a Serena, sus ojos se humedecieron, estaba tan confundida.

―Dios, que es lo que está pasando Darien. Me rechazas, no nos hemos visto con la misma frecuencia y a pesar de eso me rechazas ―gruñó mientras las lágrimas comenzaban a correr por sus mejillas.

―¡Lo siento tanto! ―dijo Darien corriendo a su encontró, rodeándola con sus brazos en un abrazo consolador. Pero ella no lo acepto, se alejó de él con brusquedad.

El amor de SerenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora