Capítulo 8

4K 275 47
                                        

Los personajes que aparecen aquí son obra de la gran Naoko Takeuchi, la historia es creación de mi loca imaginación.

Prohibido copiar, transcribir, alterar, almacenar o publicar esta historia en cualquier plataforma o grupo, sin mi autorización previa y por escrito.

.

.

.

Capítulo 8

.

Labios contra labios. Serena gimió con suavidad, perdida en aquel beso.

No había duda, lo amaba.

Él termino el beso con suavidad, mientras ambos intentaban recuperar el aliento. Serena abrumada, aún con la respiración entre cortada, se recostó contra su pecho, intentando recomponerse, aspirando su aroma, aquello relajo sus sentidos y se sintió confortada y protegida.

Y entonces, de pronto, Darien apretó el abrazo sobre su cintura, acercándola a su cuerpo mucho más.

―Tú vas a matarme un día ―indicó Darien con un susurro. Serena seguía con la mejilla contra su pecho, por lo que no lo miraba, pero podía sentir su respiración entre cortada, su corazón latiendo con frenesí, y sus brazos la ceñían cálidamente, mientras sus labios besaban suavemente su cabeza.

―Espero que no ―apuntó la rubia suavemente después de un rato ―, te necesito demasiado... a mi lado ―confesó.

―Sabía que el instruirte en el amor no acabaría bien ―dijo Darien con suavidad.

―Para mí fue perfecto Darien ―explicó ―, y sé que al decir esto me arriesgo a terminar con nuestra amistad ―añadió con suavidad, sin alejarse de él ―, pero debo confesar que lo que siento por ti es mucho más que una amistad, solo que me negaba a verlo... Te amo Darien ―confesó.

―Por Dios Serena, primero me coaccionas para que te haga el amor, amenazando con pedírselo a otro más, y después te largas de mi cama directo a la de otro ―gruñó protestando ―, lo único que has hecho es socavar mi autocontrol y justo cuando deseo estar con otra chica para sacarte de mi cabeza, te interpones ―reclamó aunque sus palabras eran suaves ―. Honestamente, no hay nadie con quien quiera estar más que contigo ―añadió con un suspiro de rendición, como si estuviera dejando caer todas sus defensas con esa declaración.

―Siento tanto lo de Seiya, Darien, yo... ―dijo con seguridad ― creía que era lo que quería, pero al estar ahí comprendí que era contigo con quien deseaba estar, por eso no lo soporte. ¡Era contigo con quien anhelaba estar! ―declaró, con la voz cargada de sentimiento.

Darien la tomo de la barbilla con suavidad y la obligo a mirarlo. Serena lo miro, y por un breve instante pensó en Melissa, recordando que estaba afuera en la siguiente habitación, pero la olvido rápidamente, perdida en la mirada zafiro del pelinegro.

―No vuelvas a hablar de eso ―pidió el pelinegro con determinación ―. Con sinceridad, he estado bastante contrariado, desde que hicimos el amor, no he hecho más que rememorarlo en mi cabeza ―susurró con pasión ―. Mis padres tenían razón ―terminó para después darle un pequeño y rápido beso en los labios.

Aquella complicidad que los envolvió cuando él la beso, era única, y sabía que jamás lo encontraría en nadie más, solo era él.

―¿Tus padres? ―preguntó sin comprender, pero antes de que Darien contestara, un extraño ruido a lo lejos los sobresalto.

El amor de SerenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora