Capítulo 4

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Los personajes que aparecen aquí son obra de la gran Naoko Takeuchi, la historia es creación de mi loca imaginación.

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Capítulo 4

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―¡Tengo condiciones! ―dijo Darien sin dejar de menear la cabeza aún. La inmensa alegría de Serena se arremolinaba en su cuerpo, pero de pronto se sintió temerosa de que el pelinegro cambiara de opinión. Llego rápidamente a la conclusión de que si no aprovechaba justo aquel momento, Darien podría arrepentirse.

―¿Cuáles? ―preguntó Serena impaciente.

―Harás lo que yo te diga y será como yo diga ―dijo Darien con determinación.

―Está bien ―acepto la rubia sin oponerse y sin siquiera pensárselo, ella ciertamente no sabía demasiado al respecto, así que confiaba en él plenamente para todo aquello.

―Espero que esto no afecte nuestra relación ―agregó Darien sin mirarla ahora, su ceño se había fruncido y el temor de Serena se incrementó, ¡Se estaba arrepintiendo!

―¡Claro que no! ―aseveró Serena con seguridad ―, será como... una práctica. Después haremos de cuenta que nunca paso ―propuso en un intento desesperado de que las dudas de Darien quedaran atrás.

―¡Muy bien! ―dijo Darien con suavidad, soltando un fuerte suspiro ―, aunque dudo que sea tan sencillo ―agregó con reproche ―. Te saliste con la tuya, como siempre ―

―¡Muy bien! Llamare a casa para avisar que estaré aquí... viendo una película ―explicó rápidamente la rubia, mientras sentía que sus mejillas se sonrojaban ligeramente.

―¿Ahora? ―preguntó Darien ansioso.

―Sí, tiene que ser ahora ―dijo con rotundidad, y no iba a tentar a su suerte y permitir que el pelinegro se arrepintiera. Sabía que si lo dejaba pensar un poco más al respecto corría el riesgo de que Darien se retractara o que intentara hacerla cambiar de parecer.

―¿Pero porque ahora?, podríamos tomarlo con más calma ―ofreció Darien con el ceño fruncido ―, es tu primera vez...

―No, tiene que ser ahora ―dijo Serena e inmediatamente salió de la habitación para llamar a su casa.

Apresuradamente le aviso a Samuel, que fue quien contesto el telefono, que estaría en casa de Darien, por que verían películas.

Los padres de Darien no estaban, solo esperaba que no llegaran pronto, de todas maneras no tardarían demasiado o al menos eso suponía ella.

―Muy bien, todo arreglado ―dijo Serena con una sonrisa cuando volvió a la habitación, toda la adrenalina corriendo por su cuerpo ahora que había conseguido lo que deseaba.

―Espera ―dijo Darien cuando Serena se dirigía indecisa hacia la cama del pelinegro, ella se detuvo y lo miro interrogante ―. Serena es tu primera vez, y sé que toda chica desea que sea especial y esas cosas, pero esto no es precisamente... ―se interrumpió sin saber que más decir.

―Darien ―dijo Serena con seguridad, acercándose al pelinegro con lentitud ―. ¿Es que acaso no comprendes que el solo hecho de que seas tú, para mí lo hace especial? ―explicó ―. Sé que esto es dificultoso para ti, y que te pongo una situación complicada, no por nuestra amistad, si no por tu relación con Melissa, pero necesito que seas tú. ¡Por favor! ―

El amor de SerenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora