Todas las cosas que escribí cuando Sergio no miraba

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Para S (Anoche con niveles enorme de tontería)

Te extraño, anhelo lo que aún no hemos dicho y hecho, las palabras no pronunciadas, las miradas no vistas, la piel no tocada, el labio no besado.

Echo de menos los paseos que todavía no hemos dado, los libros que no te he leído al oído, las películas que no hemos visto, ver cómo te desvistes y mirar cómo te vistes, tus ronquidos en mi nuca.

Lamento la distancia que se cuenta en kilómetros y separa lo que parece unido por secretos lazos invisibles que sostienen nuestras vidas de forma sutil y aparentemente efímera.

Quiero que pase el tiempo como leopardos dopados que recorren en milésimas de segundo distancias insalvables.

Pero cuando pienso no estas lejos, y siento tu voz en mí oído, casi puedo tocar las palabras pronunciadas por tu boca, el calor de tu aliento dirigiéndose a mí. Entonces mi bajo cerebro palpita y cada poro de mi piel pide a gritos tu presencia, vuelvo a echarte de menos y a medir tu ausencia en cualquier tipo de unidad de medida posible, pensando en kilómetros, metros, centímetros, en días, horas, meses, minutos....

Me haces falta, contigo mis pulmones respiran mejor y mi corazón late con mayor fulgor, sonrío, río, sobrevivo con facilidad a la lucha diaria.

¿Me anhelas como yo?

Y sigo pensando en acariciar tu pelo y en aprenderme de memoria cada lunar, cada arruga, cada doblez de tu piel, cada vello.

Añórame y espérame, cercano se encuentra el día que intente alcanzar tu boca lejana para probar la ambrosía de tus labios.

Mientras espérame en tus sueños lugar donde pretendo habitar hasta el final encuentro.


Amor 2

El amor es un estado de locura degenerativa y destructiva que todos padecemos sin poseer vacuna. Y si tuviera cura, ¿la querría?


De entre mis manos


Pensé que todo podía salir bien,

y te escapas te entre mis manos.

Por un tiempo supe que todo iba a mejorar,

y te escapaste de entre mis manos.

Luego nada fue bien, te alejabas,

te marchabas, me abandonabas,

parecía que volvías,

pero te escapaste de mis manos.

Heriste mi alma, heriste mi corazón,

dañaste mi autoestima y mi orgullo,

y te escapaste de entre mis manos.

Te odié, te quise, intenté olvidarte,

te fuiste, regresaste,

nunca fuiste el de antaño,

tu trato nunca fue el deseado,

y te escapaste de mis manos.

No querías quedarte, no supe retenerte

y te escapaste de entre mis manos.

No hay supervivientes,

todo está ajado, roído, muerto, famélico,

y te escapaste de mis manos.

Siempre sucede lo mismo,

con cada persona, pese al tiempo,

siempre se me escapan de entre las manos.

¿Por qué nadie se queda?

¿Por qué siempre se me desvanecen entre las manos?


Despedidas vitales

Me siento tan sola y abandonada simplemente porque no estás como antaño. Llevo meses echándote de menos en lo que no haces y no dices. Sueño, soporto, añoro, sufro, lloro, intento que todo vaya bien, cargo con todo el peso... Para nada. ¿De qué me sirve que me digas las cosas en el último momento? ¿De qué sirve soportar todo lo que haces y lo que no haces llorando cada día? ¿De qué sirve creer tus promesas? ¿De qué sirve prestarte atención, cuando jamás serás capaz de pensar en mí aunque me asfixie en mis circunstancias? La vida nunca fue buena del todo conmigo, es probable que por eso ya no sepa vivir. Pero sé las cosas que quiero y las que no quiero, sé el tipo de vida que quiero vivir. Y eso es justamente lo que quiero y voy a hacer, vivir justamente como siempre he querido. Mirar por mí, ser por un momento vital, la protagonista de mi respirar. Y en este nuevo mundo no hay sitio para las cosas que no quiero, no hay sitio para ti.


Te nada

Echo tanto de menos la idea de amar que a veces pienso que solo podre amarte a ti. Te recuerdo y te quiero, te añoro y te amo, te pienso y te estimo. Vuelves y te siento. Te vivo y te nada. Exacto te nada. Ahora ya no puedo ni amarte a ti.


Todas las cosas que escribí cuando ninguno de ellos mirabaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora