Tú y yo
Apareces y desapareces radiante, emanando luz. Eres de aire y nada. Interruptor innato de mi sonrisa somnolienta, ven y despiértame con un clic. Noches que se van cuando apenas han venido. Te extraño, sé que me extrañas ¿me adoras? Quizás algún día, quizás ya. No etiquetemos los suspiros de antaño, no olvidemos quienes somos, reinventemos la realidad que nos desanima, mutémosla brillante, vibrante. Humedece mi corazón con emanaciones de gozo. Respiro, respiro, respiro, aun puedo olerte en el aire, en mi ropa, mi cama, mi casa, hueles, todo huele, ¿también dejo mi aroma en tus cosas? Me gusta cuando hueles a mi gel, a mi desodorante. Me gusta despertar en mitad de la madrugada y levantarte. Sé que no vas a abandonarme, sé que vas a quedarte, aunque no reconozco la forma que tomarás. Escúchame, mi niño, no pidas nada, no pido nada, lo das todo, lo doy todo. ¡Qué importa lo demás! Vivamos, disfrutemos, vivamos ese trozo de cielo que parecía que nunca íbamos a tocar.
En noches
En esta noche brillante, pero para mí más oscura que nunca, no quiero cerrar los ojos y pensar en las palabras que no escucharé, la música que no oiré, los días que no veré, las flores que no oleré. Sigo pensando compulsivamente en los amaneceres sin mí, en las palabras que no diré, en todos los besos que no podré darte, en el tiempo ilimitado, limitado para mí. En noches brillantes tan oscuras, tan profundamente oscuras como esta. Necesito que me abraces, que me arrulles y me prometas la vida eterna.
Miedo
Tengo miedo, miedo de haber roto lo que nos une, miedo de desquebrajar todas esas cosas que nos hacen, me hacen ser mejor. Tengo miedo de romper con palabras muertas y actos impuros lo más hermoso de la vida. Tengo miedo de que no vuelvas, tengo miedo que me olvides, de quedar enfangada, tengo miedo de estropear sin remedio lo que me salvó y me salva de la autodestrucción cada segundo de mi respiración. Tengo miedo de que me odies, me olvides, de no importarte, de que mis lágrimas acaben llenando un pozo por echarte de menos, tengo miedo de estropearlo todo, tengo miedo, pánico, pavor, miedo de mí.
Ululando
Ululando, con ojos relucientes, en mitad de las noches los búhos se buscaban.
Ululando, las hojas seguían cayendo y continuaban reluciendo solos en la oscuridad.
Ululando, un verano improbablemente anormal los ojos se encontraron.
Ululando, los ojos dejaron de brillar solos.
Ululando, empezaron a chispear rompiendo el tejido de las sombras.
Ahora que las hojas vuelven a caer.
Famélica
No sé si quiero amarte.
No sé si quiero odiarte.
No sé qué hago con todo.
No sé qué hago con la nada.
No sé si mi vida es acertada.
No sé si mi vida no es acertada.
Las raíces se salen de la tierra removiéndose inquietas.
Y las raíces hacen que me pierda.
Todo es confuso.
Todo es extraño.
Me siento perdida en un cruce con múltiples posibilidades.
Pero como si fueran luces de neón algo me señala justamente la dirección que me lleva a ti.
Me siento.
Las observo.
Tengo que decidir el camino.
Son tan brillantes.
Son tan tentadoras.
Algunas veces las luces se estropean.
Cuando sucede, tardas en arreglarlas.
Siento que el mundo se paraliza.
Sin ti no vivo.
Sin ti me cuesta respirar.
Sin ti no puedo vivir.
Porque sé que no estás cerca.
Me alimento de lo que me das.
Y siempre me dejas hambrienta.
Definitivo
No quiero estar despierta. No soporto la luz en mis ojos. No deseo el día, la noche, no quiero nada. Todo está podrido y ceniciento. Estoy cansada, la existencia es un sinfín de cosas que no se viven. No me apetece, no tengo ganas, no me grites, no te escucharé, no me susurres no funcionará, estoy ya demasiado cansada para que puedas seducirme con los encantos que nunca son para mí. No existirán las sonrisas que quiero y no puedes prometérmelas, no se darán las aventuras que anhelo y no puedes ofrecérmelas. Oh, vida deja de intentar ligarme a ti, lo nuestro nunca funcionó. Estoy demasiado en el otro lado, ansió demasiadas cosas que no me darás. Te voy a ser infiel, voy a cortar nuestra relación con una tijera que me dé la libertad que nunca me dieron nuestros lazos de unión. Despídete, no me vas a ver marchar, me iré suavemente como los llantos que no se escuchan, como el sol que a veces nadie mira, como todas las veces que no existí teniendo vida.
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Todas las cosas que escribí cuando ninguno de ellos miraba
RomanceLas personas salen y entran de nuestras vidas. Algunas veces nos marcan, otras no. Siempre nos quedan cosas que no se dicen. Nos escuchamos poco. Mientras ninguno de ellos miraba de mi mano surgieron palabras, la mayor parte de ellas tan vivas que e...