Kyungsoo

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Cuando leo las notas de mi cuaderno azul correspondientes a aquel otoño, pienso que tal vez estuviera deprimido, en el sentido médico de la palabra.

En el trabajo, bromeaba casi como un histérico en la sala de personal y disfrutaba ver a los demás reir hasta que les salían lágrimas.
De pronto todo parecía normal y yo era el que mejor la pasaba.
Y cuando al caer la tarde llegaba a casa con mi bolsa de plástico del supermercado, siempre procuraba tener algo con que estar ocupado. Acomodaba las verduras que acababa de comprar formando una naturaleza muerta sobre una bandeja de cerámica danesa, regaba los brotes de mis semillas, encendía velas en el cuarto de baño y disfrutaba de largos baños mientras el aroma a esencia de lavanda de la lámpara de aromaterapia inundaba poco a poco la blanca estancia.

Aquel otoño leí biografías y una serie entera de literatura fantástica; como mínimo tenía un efecto narcótico, pues era como adentrarse en otros mundos. Y cuando de repente terminaba, me quedaba acostado en el sofá, débil y tembloroso. Las biografías y los mundos fantásticos me preguntaban: ¿ por qué estas vivo y por qué piensas que esta vida es tan frágil, tan difícil de manejar y tan corta? algo difícil de responder.

Me masturbaba a menudo, los hombres de mis fantasías eran siempre tipos fornidos, como barbilla áspera y manos callosas. Por encima de la barbilla no tenían cara.

Baekhyun era mi salvavidas, lo que me anclaba a la vida. Llegaba siempre a la carga, iba directo al baño y agitaba dos entradas para el cine y no se rendía hasta que conseguía levantarme, apagaba las velas de los candelabros y me iba con él. Cuando después regresábamos a casa, nos sentábamos cada uno en un sillón y repasábamos los detalles de nuestra rutina diaria y el significado de la vida,

Baekhyun olía a un cálido aroma a pan, perfume y cigarrillos. Vivía de forma intermitente con Chanyeol, su mayor pasión, y a veces, cuando él se ausentaba en unos de sus misteriosos viajes de negocios, Baek y yo nos bebíamos una botella de vino y después él se quedaba a pasar la noche en mi sofá. Despertabamos a la mañana siguiente, con el pelo desalineado y ojeroso, Baek con el albornoz de Sehun del que yo no quería desprenderme. En más de una ocasión lamentamos el hecho de no ser versátiles y que solo nos guste que nos den por detrás, pues me imaginaba perfectamente viviendo con alguien como él y había veces que él no soportaba a Chanyeol.

Una noche le conté lo del Propietario Forestal y su inexplicable sonrisa. Se enderezo en el sofá, se relamió el dedo índice y lo levanto para comprobar de donde soplaba el viento.

-¡Flota algo en el ambiente¡-- Dijo encantado.


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Hola chicas¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

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Las quiero mucho

Adiós

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⏰ Última actualización: Jun 07, 2017 ⏰

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El tipo de la tumba de al lado (kaisoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora