Humo para el Desayuno

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Iba cinco minutos tarde a la cita que habían acordado, maldecía al tráfico ya que aun con la motocicleta lograron atrasarlo. Preguntó por el rubio y la señorita amablemente le indicó donde estaba la mesa del al Yuri.

Lo vio ahí, sentado en un cómodo sillón, con una humeante taza de lo suponía era café frente al leyendo muy concentrado un libro infantil que parecía ser de gatos, iba vestido bastante diferente al club, llevaba un pantalón de vestir negro con una camisa blanca y un chaleco gris sobre esta, hasta formal se veía increíble, suspiró viendo al hermoso muchacho y decidio sentarse sigilosamente en el sillón de enfrente.

-Llegas tarde – exclamó el rubio en forma de saludo, levantó la mirada del libro.

-bueno, no todos podemos librar al tráfico– Yuri sonrió y Otabek también lo hizo

–está bien – respondió dejando a un lado el libro – ¿Por qué no te presentas como corresponde? – y extendió su mano sobre la mesa, Otabek la tomó y sonrió antes de responder.

- Otabek Altin –

-un gusto Otabek, soy Yuri Nikiforov – ahí estaba Yuri, mintiendo sobre su familia de nuevo, no es que no le gustara ser un Plisetsky, pero usualmente cuando la gente conocía su apellido real le temían o buscaban la forma de sacar algo al heredero de tan poderosa familia, así que como siempre usaba el apellido de Viktor, al menos no habría problema porque su insoportable tío era el único sobreviviente de los Nikiforov, Yuri llamó a la camarera con la mano y la muchacha se acercó rápidamente – pide lo que quieras, yo invito – dijo el rubio dejando atónito al azabache, usualmente las acciones que el menor hacia no eran las de un omega común, pero comenzaba a darse cuenta que él no era un omega común.

-se supone que yo te había invitado – el rubio se sorprendió un poco antes de soltar una risa

- ¡por dios Otabek! ¿en qué siglo vives? Podré ser un omega pero no necesito de un alfa para que cuide de mi – el mayor hizo una extraña mueca y luego Yuri añadió – te dejare pagar el café que me prometiste – después de eso ambos se sonrieron.

- ¡por dios Otabek! ¿en qué siglo vives? Podré ser un omega pero no necesito de un alfa para que cuide de mi – el mayor hizo una extraña mueca y luego Yuri añadió – te dejare pagar el café que me prometiste – después de eso ambos se sonrieron

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Viktor esperaba ansioso la llamada de Chris, necesitaba saber que había encontrado a Yurio. Estaba en el auto viendo que sus hombres fueran por los Katsuki, al menos los que se encontraban en la casa, miró como la esposa de Toshiba Katsuki salía sin oponer resistencia, todo parecía ir en calma, hasta que empezó a escuchar ruidos y gritos dentro de la casa mientras que un par de hombres sacaban a un muchacho a rastras de la casa. Algo dentro de él se removió al ver al muchacho indefenso, notó por el olor que era un omega, el chico siguió forcejeando hasta que logró golpear a uno de los hombres y zafarse de él, para correr dentro de la casa que había, Viktor no pudo más y bajó del auto. La casa de los Katsuki comenzó a arder poniendo en alerta a Hiroki Katsuki.

- ¡tenga piedad señor! – gritó la mujer al verlo – ¡mi nieto está adentro! – Viktor la miró sorprendido antes de entrar corriendo a la casa, entró en cada habitación buscando al omega y al niño que decían estaba adentro, un leve llanto le indicó donde podría estar probablemente el menor, el ruido provenía de una pequeña puerta en uno de los closet, la abría y ahí encontró un hermoso niño de negros cabellos y ojos grises que parecían casi blancos, sin pensar lo tomó entre sus brazos y corrió afuera, sus pulmones lucharon por respirar cuando el aire puro se coló por su nariz

Tiger Queen (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora