Se esperaban grandes cosas de él.
Porque era el Opekun de la Bratva.
Y el hecho de que fuera un Omega no iba a impedir que Yuri Plisetsky se ganara su lugar como líder de la mafia rusa.
Ni aunque aquel policía de apellido Altin quisiera arruin...
He renacido de entre las cenizas amadas hermanas del Otayuri!! Lamento haberlas dejado sin capitulo por tanto tiempo... excusas y mas disculpas en la parte de abajo... Por favor disfruten del capitulo. :)
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Había sido un día bastante aburrido para Yuri, detestaba con toda su podrida alma las reuniones con otros jefes de la mafia, pero su lugar como el Opekun obligaba asistir a ciertos compromisos. Veía lluvia caer a través del vidrio polarizado del auto, su abuelo se encontraba enfrascado revisando algunas cosas en su tableta cuando escuchó un fuerte impacto y el ruido de cristales cayendo por doquier.
Entonces el sonido de las detonaciones llenó todo el ambiente.
- ¡agáchate Yuratchka! – le ordenó su abuelo al mismo tiempo que dirigía su mirada hacia el conductor del auto. La cabeza de Oleg reposaba sobre el volante y podría jurar que había visto la sangre brotando y algo de la masa encefálica de su conductor.
Negar lo asustado que estaba en ese momento sería algo imposible, Yuri temblaba como si de una gelatina se tratara, castañeaba los dientes como si estuviera muriendo de frio y su rostro se veía como si hubiera visto al mismísimo fantasma de Rasputin.
Los disparos pararon de repente y entonces las puertas de auto se abrieron, el rubio que nunca había estado en medio de un tiroteo, se giró en busca de su salvador, sin embargo, el hombre que había abierto la puerta sostenía una pistola en su contra y no lucia como ninguno de sus hombres, quiso girarse para ayudar a su abuelo. Pero las manos del hombre que había visto anteriormente le detuvieron violentamente mientras observaba a otro hombre sacar a su abuelo quien no oponía la mayor resistencia.
- ¡suéltame imbécil! – ordenó con el poco valor que le quedaba, sabia como terminaban esas cosas y si todos sus hombres estaban muertos poco les faltaba a ellos para terminar con una bala en la cabeza, aun así, se removió tanto en los brazos del sujeto que se golpeó la cabeza con el techo del auto mientras intentaban sacarle de ahí.
-Yuratchka tranquilízate – ordenó con la voz su abuelo, pero fue reprendido con un fuerte golpe de parte del hombre que le sostenía, esto hizo hervir la sangre del rubio quien propinándole un golpe en la nariz al sujeto que le retenía logrando escapar de su agarre y robando hábilmente su arma y disparándole justo en medio de los ojos al sujeto que hacía unos segundos había lastimado a su abuelo.
- ¿Abuelo estas bien? – le cuestionó una vez que estuvo cerca, el anciano asintió tranquilizando brevemente al rubio, pero su tranquilidad fue interrumpida repentinamente por el sonido de una bala entrando en la recamara del arma, Yuri sabía lo que venía, era su abuelo o el. Y sinceramente prefería que su abuelo siguiera vivo, así que le empujó para que evitara el impacto de la bala.
Y después del estallido del arma sintió un gran ardor en su mejilla, el hijo de puta que al que le había roto la nariz estaba frente a él, se sujetaba su nariz con una mano mientras que con otra empuñaba temblorosa el arma, el maldito bastardo había errado y la bala le había rosado en la mejilla, que le rezara a su creador porque si le quedaba una marca en su perfecto rostro haría que el hijo de puta le rogara por que le matara.
