A Desperate Arrangement.

Capítulo 26: La Reunión Familiar

Después de otros cinco días, el mensajero regresó de que los Hales, trayendo la noticia de que la familia de Derek se uniría a ellos en el palacio de los Argent para la boda de Scott y Allison. Ella también vino con una misiva menos oficial para Derek solamente, que tenía cartas de su madre, de Laura, y de Cora.

Cora expresó deseos de que él y Stiles se llevaran bien, Laura expresó deseos más crudos a lo largo de una línea similar (y Derek sintió que su rostro flameaba al leer sus palabras), y Madre había pedido más detalles sobre el bienestar de Érica e Isaac También sugiriendo sutilmente que esperaba que él y Stiles se llevaran bien).

Eran, o por lo menos, Derek pensó que lo eran. Stiles se había mudado bastante a sus aposentos, y Derek se despertaba cada mañana acurrucado alrededor de Stiles o con Stiles medio cubierto en su pecho y babeando. Sus aromas se mezclaban en el aire temprano de la mañana, cálido y pesado con el sueño y el sexo, un olor intoxicante del cual Derek no podía obtener suficiente. A veces se despertaban lentamente, con besos soñolientos y golpes perezosos unos contra otros. Otras mañanas, Derek se levantaba primero, dejando a Stiles hacer ruidos, quejándose antes de que volviera a dormirse, y Derek lo despertaba más tarde con el desayuno. Stiles parecía hermoso por las mañanas, dormido-arrugado y bostezando, sus ojos ámbar brillantes bajo la luz del sol.

Por supuesto, no era menos bello por la noche: su pálida piel casi plateada a la luz de la luna, el tenue resplandor de sus tatuajes cuando Derek los tocaba. Cada vez que se reunían, Derek sentía que aprendía algo nuevo: algo acerca de sí mismo, algo sobre Stiles, todo tipo de cosas pequeñas, y pensaba que nunca tendría lo suficiente.

Hablaban también, envueltos bajo las mantas, en su propio y oscuro mundo. Stiles habló un poco sobre su madre y mucho más a menudo sobre su padre y Scott. Derek no pudo volver a hablar de su padre, no después de aquella primera noche, pero habló de Laura y Cora. Otras veces no decían nada, o Stiles se burlaba suavemente de cosas tontas hasta que Derek se sonrojaba, y rozaba la piel de Derek con toques de plumas.

Era tranquilo, íntimo, y Derek casi podía creer que no habían sido arrojados juntos debido a un arreglo. Casi podía permitirse creer que Stiles lo había elegido, que se habían elegido.

Pero a la luz dura del día, cuando Stiles se marchaba con Scott o se sentaba en la biblioteca con sus libros, y Derek entrenaba con Isaac, Érica y Boyd o se sumergía en bocetos, era entonces cuando la duda volvía a entrar. Stiles le gustaba, pero no había sido su elección de matrimonio. Había sido arrastrado a él, y Derek temía que, dada la opción, Stiles no quisiera estar casado con él en absoluto.

Y considerando que el príncipe Chris pronto estaría en el trono, el mayor obstáculo que había requerido su matrimonio había sido despejado. Su arreglo ya no era necesario.

A veces, cuando Derek se despertaba primero, incluso cuando tenía a Stiles aplastado contra su costado o su nariz enterrada en la parte posterior del cuello de Stiles, una voz diminuta en la parte de atrás de su cabeza le susurraba que él no quería esto. Él no te quiere. Y no hay nada que lo detenga de irse.

Derek hacia todo lo posible para silenciar la voz, normalmente deslizándose hasta tener en su boca en la polla de Stiles, lamiéndola hasta que Stiles se puso duro y haciendo jadeos de necesidad, con las caderas levantándose hacia Derek cada vez que le quitaba la boca.

Le encantaba hacer que Stiles se viniera solo con su boca, amaba la forma en que Stiles pasaba los dedos por el cabello de Derek, amaba todos los ruidos que hacía Stiles. Le encantó la forma en que Stiles lo miró después, aturdido y soñoliento y con una sonrisa como el amanecer.

Me estoy enamorando de ti, quería decir Derek. Quiero hacerte feliz. Quiero que te quedes conmigo.

Pero él no pudo hacer que ninguna de las palabras saliera, así que se lo dijo con sus manos, boca y cuerpo, y oró para que fuera suficiente.