Âme soeur || Seelenverwandte || Jerrie +18✔

Capitulo 3

Atención capítulo no apto para cardíacos, bueno no taaaanto pero pues sobre advertencia no hay engaño ;)

"¿Y bien?"habló mi madre rompiendo el silencio.

"Y bien ¿qué?" me hice a la loca observando aún por la ventana de carruaje

"¿A dónde fuiste?" preguntó directa sin rodeos

"Fui a dar un paseo" contesté como si fuera obvio, la observé por un momento y me giré de nuevo viendo hacia la ventana

"¿Quién era ella?"me exasperé, mi madre quería respuestas sin rodeos.

"Mi amiga"

"¿Qué amiga? Nunca antes la había visto"

"La conocí unos bailes atrás, ella también busca marido" Esas palabras hicieron que mi madre automáticamente se tranquilizarla y sonriera

"Bien" finalizó.

Durante el trayecto que faltaba para llegar a la casa no hablo más y me sentí tranquila con ello.

Estaba oscuro cuando abrí mis ojos, algo me había despertado. Intenté enfocar mis cansados ojos observando detenidamente la habitación. Primero, no vi nada, pero cuando mis ojos se acostumbraron a la oscuridad, vi una sombra de nuevo en la esquina de mi habitación. Dejé escapar un suspiro con dificultad mientras la sombra se acercaba al pie de mi cama. Empecé a reconocer al extraño, y me di cuenta que no era un extraño en lo absoluto.

"Jade, ¿cómo llegaste hasta aquí?" hice una pause "otra vez".

Silenciosamente tomó asiento a mi lado y acarició mi mejilla sin apartar la mirada.

"Por la ventana por supuesto, mi amada Perrie."

Miré sus maravillosos ojos marrones y me sentí tan segura, como si ella fuera la única cosa en el mundo y nada más importara. Toqué su frío rostro y dejé que mi mano lo trazara lentamente; dejé mi mano tocar su cuello liso y mis dedos comenzaron a jugar con su collar. Ella inhalo profundamente y murmuró mi nombre casi en un susurro. Antes de tener alguna oportunidad para responder, tomó mis manos y suavemente aflojó mi agarre de su camisa.

"Perrie, vine aquí por una razón... Necesitamos hablar. Necesitas saber de mi tanto como yo sé de ti. No te lo diré esta noche, pero tendremos tiempo. El tiempo nunca llegará a su fin con nosotras."

Ella se acercó, más cerca de lo habitual y nuestros cuerpos encajaban perfectamente algo toco la parte baja de mi cuerpo, lo que hizo que mi sangre corriera con rapidez. Antes de que reaccionara mi cuerpo me traicionó. Miré dentro sus ojos y lo que vi en ellos me hizo decir que esta noche no era noche de respuestas. Justo ahora necesito algo más de ella, algo que sólo ella puede darme. Sonriendo nerviosamente, la acerqué más a mí, dejé que mi camisón revelara mi cuerpo para ella. No sabía que estaba haciendo o por qué sentía todas estas emociones. Pero sabía que quería hacer cosas con ella que nunca había hecho antes. Algo que la hiciera especial, algo muy salvaje. Oh Dios, qué bueno que mi cuarto está en el tercer piso en la parte más alejada de los otros cuartos, así que nadie podría irrumpir aquí en medio de la noche.

Jade se acercó a mi cuerpo cubierto de seda y sonrió con voz ronca. Ella ahueco mi cara entre sus manos y se colocó enfrente de mí. Sin palabras suavemente me besó. El mundo siguió girando mientras yo perdía el hilo de mis pensamientos afortunadamente mis labios sabían lo que hacían. 

Su lengua empezó a explorar adentro de mi boca como mis manos encontraban de nuevo el camino a su ropa, pero esta vez comencé a desvestirla. Jade soltó un gruñido bajo antes de que me diera cuenta que ya se encontraba encima de mí, medio desnuda. Lo único que podía hacer era mirar fijamente su maravilloso escote que se apretaba debajo de su sujetador. ¡Oh Dios ella lo es todo! Y la forma en la que se pone encima de mi... no hay vuelta atrás. Sabía que no debía hacer cosas como esta con una extraña, pero Jade no era como una extraña, se sentía tan bien para mí y sentía que quería conocer cada parte de ella, todo su cuerpo. Mientras ella cubría mis labios y mi cuello con sus fríos besos empezó a desabrochar mi camisón. Sus manos se sentían frías en mi desnuda y recién expuesta piel y yo nadaba en sus perfectos ojos cafés. Con un rápido movimiento tiró mi camisón hasta el otro lado del cuarto y me veía con hambre como yo lo hacía seguramente con ella.