17. Discutirlo en la cama

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MARK HARVET:

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MARK HARVET:

En su rostro se manifiesta la angustia por él y los celos se apoderan de mi cordura ante la conclusión de que a ella aún le importa Jackson.

«Voy a tu casa» La escucho decirle a su ex. Y no sé si me duele la cabeza, estómago o el mismo corazón, pero los sentimientos de celos se mezclan con la decepción que me provocan las decisiones de Rachel.

¿Después de todo lo que la ha lastimado, ella piensa irse con él? Incapaz de soportarlo camino hacia la puerta, siento sus pequeños pasos detrás de mí. Y me basta con recordar sus planes para continuar mi camino sin ánimos de interponerme entre ellos.

Deseo pensar con claridad y con ella a mi lado, solo puedo mencionar lo inútil que es competir con alguien que me lleva seis años de ventaja.

— Me duele tu desconfianza, Mark —me recrimina.

—Y a mí que prefieras estar con él. Aún con todo lo que te ha hecho.

— Necesitaba de mi ayuda.

Negando con mi cabeza, disfrazo la decepción que siento, porque ni siquiera es enojo. No dejo de maldecir el poder que evidentemente aún tiene Jackson sobre Rachel.

— Y yo de tu respuesta.

Concluyo. Saliendo de su casa.

— Mark —el llamado de la señora Lombardo hace que olvide por un segundo la discusión con Rachel.

— Señora, ¿Cómo está? —Pregunto.

— Bien hijo, ¿Ya te vas? He traído comida Mexicana —alza la bolsa que lleva en la mano, como puedo le brindo una sonrisa—. Quédate, traje suficiente para los tres.

— Muchas gracias, pero tengo trabajo que hacer.

Me excuso con ella. Aunque me encantaría acompañarlas y poder hablar con Rachel, ahora mismo estoy seguro que ninguno de los dos se sentiría cómodo con la idea.

—No te preocupes hijo, ve con cuidado.

— Adiós señora, que esté bien.

Me sonríe y trato de devolver el gesto antes de marcharme.

Joder.

La situación me frustra. El solo hecho de imaginar a Rachel junto a su ex, hiela la sangre de mis venas. Subiéndome al coche, conduzco sin rumbo. Mi departamento es el último lugar al que deseo ir e irracionalmente un sitio ajeno parece la mejor opción.

«Piedra, papel o tequila» En el camino, me encuentro con un bar, su nombre termina por llamar mi atención y antes de que las ganas por ir con Rachel me superen, decido entrar.

—Una botella de whisky —ordeno al mesero mientras me siento en la barra—. The Macallan.

—¿Problemas de faldas? —Pregunta sirviendo un vaso de whisky. Lo miro con extrañeza. ¿Le parece normal? ¿Hacer preguntas tan personales como si nos conociéramos? ¿Escuchar los relatos de las personas que vienen a beber aquí? Niego con la cabeza. No es mi caso. En silencio bebo el vaso que sirvió. Vuelvo a solicitar otra copa y el mesero no duda en hablar nuevamente—. Y falda de las buenas.

¿En clases no? - DISPONIBLE EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora