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[💫] Start playing «Can't Help Falling In Love - cover by tøp»

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Luego de la maldición hiciera efecto en Katie y Travis, no tardó mucho en hacer efecto en el resto del campamento.

Las cosas de pusieron un poco raras, por no decir mucho...

Un día Jason amaneció con los ojos más hermosos que había visto en su vida, y esos ojos solo los poseía una persona, Piper.

En cambio, Piper amaneció con parte de su cabello rubio, y cada vez que tocaba a alguien, esta persona recibía una pequeña descarga eléctrica de su parte, accidentalmente claro.

Y así pasaron los días, con el campamento hecho un caos.

Las personas adquirían físico ajeno y los poderes se intercambiaban, era un desastre.

Una agradable tarde a Percy Jackson el corazón se le hizo añicos, cuando encontró a Annabeth tomada de la mano con Will, este tenía los ojos grises violentos, y ella tenía los ojos de un azul radiante con unas pequeñas pecas en el puente de la nariz.

Percy pensó que ella lo amaba, y vaya que se equivocó.

Y como la primera vez que los atraparon infraganti, Nico di Angelo por alguna extraña razón del destino, estaba parado detrás de Percy, observando la situación.

El chico tenía un aspecto desaliñado, estaba muchísimo más pálido de lo normal, también se encontraba más delgado, y tenía bolsas negras resaltando debajo de sus ojos.

No estaba en su mejor momento.

Bueno, volviendo al punto, el chico observó destrozado como la persona que el llegó a amar se besaba con otra chica en frente suyo, eso era un motivo para romperse más de lo qué ya estaba roto, si eso era posible claro.

Salió corriendo como alma que lleva el diablo, mientras Percy observaba la situación.

No, pensó.

Ya había visto a Nico desmoronarse una vez, no lo haría dos veces.

Corrió como pudo, intentando alcanzar al chico.

Para estar flaco y cansado, di Angelo corría bastante rápido.

Percy no se había dado cuenta, pero habían corrido a tal punto, que se encontraban en el lago.

El menor al parecer se cansó, y se sentó en el muelle, Percy observó como el chico se llevaba las manos a la cara, y su cuerpo sufría pequeños espasmos mientras respiraba agitadamente, señal de que estaba llorando.

No iba a mentir, Percy solo quería echarse al lago y llorar en las profundidades de éste, sin nadie más que las náyades observándolo. Pero el tenía que ser fuerte. No lo haría por el, lo haría por Nico.

No iba a dejar que el muchacho se hundiera, los dos iban a salir a flote.

Se acercó rápidamente al muchacho, que al escuchar pasos aproximándose, hizo lo posible por ocultar sus ojos rojos e hinchados, mientras fingía no llorar.

La maldición del físico ajeno ; percicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora