☄INSERTE VOZ DEL NETFLICZ☄
Y en el capítulo anterior.....
☄YA PUEDE QUITARLA, GRACIAS, DISCULPE LAS MOLESTIAS☄
El hecho de hacerlo al aire libre los llenaba de cierta excitación y adrenalina.
El vacío estacionamiento en el que estaban se veía casi atemorizante, casi.
Y el temor de ser descubiertos por el resto les aterraba, pero lo deseaban muy en el fondo.
— Oh Steve – los suspiros que escapaban de los labios del primer hombre no hacían más que encender los ánimos del rubio frente a él.
— Dilo, ¿qué es lo que quieres?– Soltó imponente y excitado mientras retiraba su boca de los genitales de Barnes para frenar de golpe los estímulos que causaba a su cuerpo para así obligarlo a contestar.
— Te quiero dentro de mí.
Steve sonrió ante su respuesta mientras retomaba su labor en el miembro ajeno, lo torturaría antes de darle lo que quería.
Lamía y succionaba todo el largo de su exuberante genital y apretaba sus testículos entre sus dedos.
Era el elixir de la vida.
Lo deseaba, pero no se lo dejaría saber.
Deslizó su fornido brazo para abrazar así a su espalda baja, y con su mano acariciar su perfecto y redondeado trasero, sus dedos se encargaron de contornear su entrada.
Le lanzó una mirada furtiva y con sorpresa observó como se retorcía de placer.
Los movimientos de cadera pedían y suplicaban que fueran abusadas.
Y lo serían.
ℳuy despacio se encargó de introducir su dedo, quería palpar cada rugosidad y viscosidad de su cavidad.
Además de hacerlo gemir y rogar por acelerar el proceso.
Pero aquello sólo era un extra para lo que ganaría.
Su amado James estaba a punto de correrse y no era un secreto, sus caderas vibraban y su miembro parecía cercano a estallar, sus gemidos ya eran incontrolables.
Su propio pene se encontraba de cierta forma adolorido pero no se atrevía a tocarlo para poder desahogarse por completo en su amigo de la infancia.
Aquel con el que pasaba largas horas en los callejones jugando unas décadas antes, lejos de las ignorantes miradas de los adultos.
¿O qué, creían que sólo eran amigos?
No, ni siquiera podía creer que los amigos tuvieran una relación como la de ellos, y sabia que debía agradecer que el destino los había juntado de nuevo.
Steve podía describir de memoria el sabor y el interior de Bucky.
Él siempre era dulce y caliente, no importaba nada más, su exquisito sabor a frutillas lo hacía regresar una y otra vez.
Pero no se atrevían a formalizar su relación, temían que algo pudiese arruinar el genuino amor y deseo que se tenían, el tiempo pudo haber cambiado sus actitudes, pero no sus cuerpos.
Si Tony se enteraba... Si él se enterara no amanecería. Eso era seguro, ellos no tenían nada formal tampoco, pero sabía que Stark parecía sentir algo por él.