Rogers estaba caliente sin duda, su castaño adorado le estaba proponiendo un trío y no era un tarado para negarselo.
La lujuria en los ojos de Barnes parecía desbordarse.
— Stevie, parece que es hora de que finalmente te la meta.– Dijo con una sonrisa que dejaba relucir sus brillantes colmillos.
— No sé ustedes, pero esta cita de juegos me está fascinando. – Mencionó Stark mientras se soltaba la corbata.
— Barnes. – Tony miró a James.
— Dime.
— No seas gentil. – Casi inmediatamente Antony se lanzó a los labios del famoso soldado del invierno mientras que Steve besaba el cuello de Iron Man.
Las caricias no faltaban entre aquel trío de lujuriosos, y la ropa del más bajo pronto hizo acto de desaparición.
Lentamente el de ojos marrones guiaba a Steve al auto para recorrer los asientos y poder tener un lugar más cálido que la fría noche para continuar con sus desenfrenados toques que hacían vibrar la espina dorsal de Stark.
El rubio acariciaba y besaba cada tramo de piel que aparecía frente a sus ojos, pero dio un brinco cuando sintió algo húmedo en su entrada.
— Bucks, no te atrevas. Ese agujero no se ha utilizado desde hace mucho.
Tony soltó una carcajada: — Cap, más te vale que te dejes coger porque esto es un trío y no un "utilicemos como baño al más sensual" del grupo.– Rió mientras se señalaba.
— Vamos, Stevie, por los viejos tiempos. – Susurró Bucky en su oído. — No me digas que el héroe de la nación está aterrado.
— No es eso es sól..– James no lo dejó terminar pues ya había insertado su miembro sin más preparación que el constante semen en el que se encontraban rodeados.
— Eso era lo que yo quería– Dijo Tony mientras insertaba el palpitante miembro de Rogers en su entrada.
Stark, posicionándose con las rodillas en el piso, besaba su reflejo en los vidrios polarizados que le mostraban su forma más pecadora. Masturbaba frenéticamente su miembro que se retorcía en busca de contacto mientras que Steve pellizcaba sus pezones dejándolos enrojecidos y sensibles.
— Maldición, Bucky. No tan rápido. –Masculló Rogers con pequeñas lágrimas escapando de sus ojos. Mordía el cuello de Tony con la suficiente fuerza para no lastimarlo, tanto.
— ¿Por qué Stevie? ¿Acaso te gusta lento y duro?. – Dijo mientras disminuía el ritmo de sus penetraciones pero profundizandolas con fuerza. — Lamento decirte que perdí práctica después de tantos años.
Dio una estocada.
— ¿Pero sabes qué aún recuerdo?
Otra estocada.
— Tu punto débil.
Steve se corrió dentro de Tony al sentir como aquella zona se veía estimulada después de tanto tiempo. — James, bésame.
Sus bocas se juntaron y ambas lenguas dieron inicio a una danza húmeda la cual era detenida cada cuanto para soltar gemidos.
James dejó una carga de espeso semen en su interior que rápidamente se mezcló con los demás fluidos corporales.
Saco su miembro que seguía completamente duro de su interior y observó como su semilla resbalaba a través de la entrada abierta de Steve.
Tony se encontraba acalambrado, pero lleno de placer. Sentía que la lujuria se filtraba por cada poro de su piel.