La chica de la cafetería ; Cha Eunwoo [PAUSADA]

III

Ya ha pasado una semana desde la última vez que fui a la cafetería. Aún no tengo la valentía suficiente para regresar y se que no debería de sentirme así, pero no estoy seguro de que situación podría llegar a encontrarme por allí. «¿Qué reacción habrá tenido? ¿Lo habrá tomado bien, se habrá enojado?» Esas y más preguntas no dejan de dar vueltas por mi cabeza y mis pensamientos se ven invadidos por ellas.

Estos últimos días me ha costado concentrarme al cien por ciento durante las clases por quedarme pensando en ella e imaginarme toda clase de situación y reacción que pudo haber tenido y vivido; y lo que menos quiero saber es cual de todas esas fue la correcta. «Es increíble que una chica pueda hacerme sentir de esta manera».

—Eun Woo, Eun Woo... ¿Estás escuchando? ¿O siquiera estás en este planeta? —A lo lejos escuchaba que alguien estaba llamándome—, Eun Woo... ¡Dong Min!

—Aquí estoy, ¡Aquí estoy! Lo siento ¿Qué sucede? —hablé rápido volviendo en mi y alejando todos mis pensamientos.

—Amigo, hace unos minutos que tú y tu cabeza están en otro mundo u otra dimensión, ¿Te encuentras bien? —cuestionó Jin Woo, a la vez que guardaba sus pertenencias en la mochila.

—¿Aún estás preocupado por el ejercicio de matemática que no te ha salido? Ya te lo dije, a pesar de que este no te haya sido fácil sigues siendo bueno en la asignatura —comentó Moon Bin, esperando atento a que el timbre de salida sonara.

Por suerte para mí, ninguno sospechaba o me preguntaba si en realidad estaba así por la chica de la cafetería, por lo que me limité a asentir ante la pregunta de Bin. De repente el timbre se escuchó por todo el lugar, y mientras el resto de los alumnos se levantaban para retirarse, el menor habló.

—Ya que hoy es viernes y veo que necesitamos un pequeño golpe de energía, ¿Les parece ir a la cafetería? —Todos asintieron y ya comenzaban a levantarse de sus asientos, pero yo quedé mudo e inmóvil, no esperaba que propusiera ese lugar. «Por supuesto que sabías que podía llegar a elegir ese lugar, solo que intentas engañar a tu cerebro, ¿Verdad Dong Min?»— ¿Tú, Eun Woo?

—Mhm... Miren, lo siento chicos, pero no puedo ir. Estoy un poco complicado y tengo varias cosas por hacer el día de hoy —atiné a decir—. A la próxima les prometo que iré —guardé rápido las cosas que me faltaban para no perder tiempo y evitar que me detuvieran con preguntas, pero no fue posible.

—No, otra vez no. Esta ya es la tercera vez en la semana que nos dices que no puedes ir por esto y por aquello y nosotros cancelamos la salida para esperar a que tengas un tiempo libre, pero ya no será así: te vienes con nosotros y no puedes negarte —me incriminó Min Hyuk. Bufé.

—¿Será que realmente tienes que hacer cosas y cumplir con ciertas responsabilidades o estas evitando ir a la cafetería porque no quieres ver a alguien en especial? —preguntó con picardía Myung Jun.

—N-no, lo que dices no es verdad —solté, al mismo tiempo que trataba de ocultar mi sonrojo—. De acuerdo... Iré, así dan cuenta de que en realidad no podía ir por querer cumplir con mis responsabilidades —traté de decir lo más seguro posible. Porque aunque parecía que estaban convencidos de lo que les decía, estaba muriendo por dentro y deseaba no tener que entrar a aquel lugar. No quería cruzarla, no quería saber si me recordaba y que me hablara sobre lo que hice. Simplemente no tenía demasiado coraje ni esperanza en mi mismo.

«¿Y que tal si fui muy rápido? Debería de haber esperado más días, ¿No? Pero si a lo mejor no lo hacía, otro chico podría haber tomado mi lugar... Supongo que si pasó fue porque así tenían que suceder las cosas» Intentaba de convencerme.