III En la oscuridad

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Por lo menos podía ejercitar mis piernas. La FASP construyó el lugar con todo tipo de facilidades, incluyendo deportivas, que de vez en cuando me hacen dudar de que pudieran estar detrás de una conspiración. Durante la hora de calistenia puedo ver a Alvin a lo lejos... y a un sujeto español llamado Hilario que se la pasa acosando a todo ser humano posible. De no tener un tipo de armadura mágica, algunos ya le habrían roto el cráneo, incluyéndome. A nadie le gusta que le digan "Me gustan grandes".

Me concentro en dar la última vuelta a la pista.

Rebaso a los que corren a un lado de mí. Salto un obstáculo y caigo sin perder velocidad. Repito el movimiento y escalo unos pasamanos. Puedo ahorrarme algunos tubos para avanzar más rápido, al llegar al final de la estructura, salto y corro los doscientos metros hasta la línea de meta. Recupero el aliento. Tomo una de las decenas botellas de agua y una toalla, que pongo alrededor de mi cuello.

Veo al resto de personas que están entrenando. ¿Sabrán a lo que se atienen? Si Tom está... desaparecido... ¿No les daba miedo desaparecer también?

Me doy cuenta de que una chica rubia me observa mientras se toma una selfie con su celular de la FASP. Ni siquiera sabía que tomaran fotos. Me sonríe y quito la mirada de inmediato. Puedo sentir mis mejillas cálidas. Cuando vuelvo la mirada, su cabello dorado se aleja meciéndose de un lado a otro. Bajo un poco la mirada. Lleva un short corto, rosado.

—Dupont —un tipo moreno me saca de mi ensimismamiento dándome una palmada en el brazo.

Le sonrío por reflejo. Antes de poder preguntarle qué necesita, el chico voltea a ver a la rubia.

—Veo que has estado entrenando duro —talla lo que creo que es mi sudor en sus dedos— ¿o acaso es Corona sobrestimulando tu pituitaria?

Tardo un momento en intentar comprender lo que acaba de decir.

—¿Qué dices? ¿Pitui... qué?

Ríe... aunque creo que lo hace de la misma forma en la que uno ríe cuando un cachorro cae de un escalón.

—Veo que has sacado la libido de tu hermanastro, pero no su inteligencia. Una completa pena. Él era el mayor apoyo que la FASP tenía. Una lástima lo que pasó. Como sea, me dijeron que te llevara al salón de...

—¿Tom? ¿Conociste a Tom?

—¿No es evidente? Acabo de decir que era un gran apoyo para...

—¡¿Qué le sucedió?!

El chico levanta una ceja para después observar un reloj con varias manecillas en su muñeca. Unas letras detrás de las manecillas leen "FASP".

—Si me sigues, te contaré en el camino al salón.

Asiento. Sólo quiero saber más de mi hermano. Pasamos por un campo en donde varias parejas reparten golpes entre sí. Un sujeto lanza una bola de fuego contra una chica. El supervisor parece llamarle la atención. La chica lanza un gemido, siento su dolor... todos continúan en lo suyo.

—Huntz era un sujeto brillante. Brillante para tener una inteligencia no sobrehumana por lo menos. —aclaró su garganta. Sí... Tom era un nerd... mientras yo reprobaba más de cinco materias y me daban la plática de "El trabajo duro", él tenía un promedio excelente... Jamás quise que hiciera de tutor conmigo a pesar de que mis padres insistían. Sólo era el recordatorio de que jamás sería tan bueno como él. Me vuelvo a concentrar en las palabras del moreno—. Era el claro ejemplo de lo que la FASP deseaba: Miembros leales que enfocaban sus habilidades en luchar contra terroristas y amenazas para Norteamérica y Europa. —el moreno apretó su reloj y éste emitió un holograma que actuaba como un tipo de pantalla táctil. En un momento salió lo que parecía el archivo de mi hermano— Participó en 21 misiones mientras sirvió. La última vez que fue visto fue en Rusia Oriental; Anadir, para ser exactos. Fueron a confiscar una Bomba de hidrógeno con trayecto a Alaska. —continuó leyendo— Los túneles colapsaron. Según testigos, se sacrificó por su equipo. Por una cuestión de la falta de oxígeno.

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