Me sonrojo.—Basta, no trates de convercerme ni hacerme recordar el pasado. No fue buena idea volver a buscarte después del coma.—Trato de levantarme pero él me detiene con la mano.
—Yo sé que aún me amas, lo puedo ver en tus ojos, ¿por que me evitas?, ¿por que no quieres continuar con esto?
—Es distinto ahora, Justin. Te quiero, te amo y nunca he dejado de hacerlo, y si es por mí me entregaría a tí por completo otra vez, pero después pienso en tu novia, y la culpabilidad me recorre el cuerpo como un escalofrío.
—Ella es el pasado y no me supo entender. No puedo estar con alguien que no amo. Apareciste tu de nuevo en mi vida y me volviste completamente loco otra vez, deja de poner excusas.—Sonríe.
—Excusas, ¿yo?, solo digo las cosas como son. Y no te rías, porque me haces reír a mi también.—Río por culpa de su sonrisa y nos miramos al mismo tiempo.
—¿Acaso no te gustaría volver a intentarlo?
—Claro que si, pero es demasiado apresurado.
—No me importa nada, yo te quiero. —Se acerca fugazmente hacia mi rostro y me roba un beso largo y dulce, el cual yo le sigo porque me era inevitable decirle que se detuviera.
Me hace inclinar para atrás sobre el sillón tanto que yo quedo debajo de él, y aún continuamos besándonos. Es imposible dejar de hacerlo, y volver a recordar esta sensación me hace desearlo aún más.
Pasa su mano por mi rostro y lo acaricia por unos segundos, y también me examina con su mirada.
—Te he hechado de menos.—Me dice sonriéndome.
—Yo también. —Le respondo ahogándome de nuevo en otro beso profundo y lento que le robo con picardía.