Como si estuviera bajo un hechizo, como si estuviera soñando
Quiero darte una bienvenida brillante
Fuertemente voy a sostener tus manos
Te lo prometo, te protegeré
Nuestra preciosa historia nunca va a cambiar
El día que vengas, en un día caluroso
Como si estuviera bajo un hechizo, como si estuviera soñando
They day you come- Seung Woo
-Kise y yo nos vamos a casar.- dijo el moreno sin reparos.
La habitación se hundió en un absoluto silencio.
Aomine algo incómodo tomó la mano de su novio y la apretó, pasará lo que pasará no se retractaría nunca. Porque recuerda, todo por Kise, su amado e infantil rubio.
Kise, por su lado, miró a Daiki con miedo, esperando una reacción por parte de sus padres o de los padres de Aomine.
-¡Ya te habías tardado, Daiki!- el primero en hablar fue el padre del moreno.
Daiki se limitó a abrir sus ojos desmesuradamente, sin poder creer que tenía la aprobación de su querido padre.
-Realmente pensé que nunca se comprometerian.- esta vez habló la madre del rubio.
-Naturalmente ustedes se deben de casar, parejas así no se ven todos los días. Tienen mi aprobación.- la señora Aomine sonrió.
-Cuida de mi hijo, Daiki.- el padre del rubio dijo con una pequeña sonrisa, casí imperceptible.
-¡En verdad!- gritó el menor de todos.
-Si, sabemos que son muy jóvenes, pero los ayudaremos con los gastos, aunque ustedes deberán de conseguir un trabajo.- informó el señor Kise.
-Se casarán y en unos años tendrán hijos, un niño y una niña, los dos rubios y de grandes ojos azules. ¡Ay! En verdad que serán bellos.- fangirleo la señora Kise, igual de infantil que su único hijo.
-¡Mamá!- gritó Ryouta con las mejillas tan rojas que fácilmente podría competir con una fresa, una fresa rubia y pasiva.
-No me culpes, mi niñito se va a casar. Le contaré a tus hermanas, ellas estarán muy emocionadas de planear tu boda.
-No se apresuren, todo a su tiempo. - trató de razonar Daiki.
-El burro hablando de orejas, lo dice el que se casara a los 20.
-¡Hey! No soy muy joven, además estamos 100% seguros de está decisión.
°•°•°•°•°•°•°
Junio es el mes más caluroso de todo el año, cuando el sol irradia a toda su potencia, donde las noches eran cortas y los días largos, definitivamente era el mejor mes para una boda acuática.
El enorme y colorido tobogán de agua se alzaba imponente ante los ojos de todos, los giros y curvas eran de miedo y que decir de de aquellos escalones de madera que se tenían que subir para llegar al tobogán.
Justo arriba, en el pequeño espacio que estaba entre el tobogán y la escalera, se encontraba cierta peculiar pareja, frente a ellos un hombre y a los lados la familia y amigos cercanos.
- Al aceptar unir sus vidas estaba dispuestos a ser fieles, respetar, cuidar y sobretodo a amar cada virtud y defecto, por más pequeño e irrelevante que sea. Al hacer ésto están aceptando a su pareja de pies a cabeza sin peros, sin importar el que dirán, sin remordimientos.
*¿Estan dispuestos a aceptar todo lo que el matrimonio lleva consigo?
-Acepto.
-Acepto.
-Puede besar al cónyuge
El moreno se acercó lentamente, con delicadeza acunó la cara de su amado y sonrió. Sonrió por toda la felicidad que se acomulaba dentro de él, al saber que ahora su vida estaba unida y complementada a Kise. Su esposo.
Su vida.
Cuando por fin sus labios se tocaron, miles de sensaciones exploraron. En aquella tierna caricia se decía todo, los sentimientos, los recuerdos, el presente y su futuro.
-¿Listo?- inquirió Daiki.
-Si tú estás listo yo estoy listo.
Ante la mirada atenta de los presentes se lanzaron por el tobogán, importandoles poco los caros trajes que llevaban y sus converse de pareja, Aomine vestía converse amarillos y Kise azules. Al fin de cuentas, era su boda y tenía que ser única y especial. Como su relación, como su futuro, como ellos.
°°°°°°°°
Cuando escuchas por primera vez el llanto de tu bebé tu vida se ilumina. Repentinamente comienzas a ver la vida de otra manera, quieres ser un ejemplo a seguir y dar lo mejor de ti para cuidar a ese nuevo pequeño ser.
Cabello rubio, ojos azules y piel clara, definitivamente su hija sería una rompecorazones. Pero el, Aomine Daiki, se encargaría de alejar a cada uno de los parajes que se atreviera a cortejar a su hija, hasta que apareciera el indicado. Si, talvez era un poco exagerado, era la primera vez que veía a su hija y la sostenía entre sus brazos, faltaba demasiado tiempo para que los hombres comenzarán a acercarse a su princesa.
-Es tan bella.
-Es nuestra princesa.
-Gracias.
-¿Por qué?- cuestionó el rubio.
-Por este maravilloso regalo. Gracias por todo.
-También te amo.
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De bodas a pañales (CORREGIDO)
Fanfiction•Versión corregida de "De bodas a pañales"• Enamorarse es el sentimiento más bello, nunca es un error. Al menos que lo hagas del prometido de tu mejor amiga... Había sido muy tonto no haberlo notado, los síntomas estaban ahí, el vómito, los antojos...