6. Nuevos horizontes

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- ¿Cómo te fue?- preguntó Karla en el momento que llegué. Me cae bien y todo, pero mínimo debería darme oportunidad de cambiarme antes de empezar con la entrevista.

- Pues bien... supongo.

No estaba mintiendo, la verdad es que no sé en que demonios estaba pensando cuando acepté salir con Zac.

*Quizás en su sonrisa de comercial. O la manera tan linda en que te trata... o quizás en esos buenos abdominales que le viste un día en el gym.*

Como odiaba que mi consciencia tomará parte en mi vida.

La cita en general... había salido bien, de hecho sigo sin creerlo, es decir, ni siquiera se veía molesto de que haya llegado tarde o algo por lo parecido, además que me la pasé muy bien a su lado.

Aún así fue lindo y raro, desde que me fui, no había salido con otro chico, y a pesar de ello, había algo en Zac que me hizo decir "si" a esa cita. Pero ¿qué?.

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3 AÑOS ATRÁS.

- Con su atención, el vuelo con destino a Nueva York hará su aterrizaje dentro de 10 minutos.

Suspiré. Aunque todo me parecía como en un sueño finalmente estaba a punto de llegar, de alejarme de todo.

Mi cabeza daba vueltas a tantas preguntas y recuerdos. ¿Estaré haciendo lo correcto? ¿Se preocuparán demasiado mis amigos? ¿Qué pensará Evelyn de mi? ¿Mi mamá ya les habrá dicho de la llamada? ¿Nathaniel habrá leído la carta?

Demonios. Me maldije a mi misma. Si quería olvidarlo todo y comenzar de nuevo eso incluía no volver a pensar en Nathaniel.

Y aún así... su cara seguía apareciendo en mi mente, sus ojos cuando me vieron en esa fiesta, con tanto dolor.

Una lágrima comenzó a rodar por mi mejilla derecha.

¡Basta! El estará mejor sin mi. Todo lo que he hecho desde que lo conocí fue hacerlo infeliz, y estoy decidida a no causarle más penas o dolor.

Sin saber como, llegamos a la pista, y fueron unos cuantos minutos antes de que saliéramos todos del avión. Iba caminando como en una pesadilla, mis pies se movían por puro instinto pero mi cabeza estaba hecha un lío. Aún ni siquiera sabía dónde iba a pasar la noche.
Debía de encontrar un hotel lo más pronto posible.

Pase por mi maleta y me dirigí a la salida, cuando finalmente estuve en la calle el aire me golpeó.
Con paso algo torpe empecé a caminar por la acera, después de unos minutos divisé un taxi e hice la parada, tras ello me subí y le pedí que me llevara al hotel más cercano.
El conductor trato de hacerme platica, por la maleta y quizás mi cara sin expresión, pero me sentí mal cuando evadí las preguntas, al final el silencio reino hasta que llegamos al hotel.

Tras pagarle al taxista, me dirigí al interior, donde el gerente me recibió y me pregunto de cuánto sería mi estancia. Debido a que aún me faltaba conseguir trabajo y departamento, le dije que sería de 3 noches.

Una vez firmado los contratos requeridos y haber pagado, me dirigí a mi cuarto queriendo dormir y no despertar, pero sabía que eso no iba a ser posible porque aún faltaba ver cómo y dónde iba a vivir.

Así que solo me di un baño rápido tratando de no pensar en nada más que en lo que haría después, pero a pesar de todo, mi mente seguía preguntándose si eso era lo correcto.

A la mañana siguiente comencé a buscar un trabajo fácil de modo que ganara algo de dinero, finalmente lo encontré de mesera en un restaurante/bar, la paga era buena y puesto que no tenía vida social, podía ganar más haciendo horas extras.

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⏰ Última actualización: Dec 21, 2017 ⏰

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