Ella no entiende mi poesía de quinta,
ni mi extraña necesidad de escribir.quizás por eso estoy loca por ella.
No se asombra.
No necesita palabras.Tan sólo me mira.
Y,
contra todo pronóstico,
descubro todos mis secretos
brillando,
en el universo oculto
que hay
en sus precios ojos.Me mata.
Y sonríe con suficiencia,
como si entendiera
todas
las
razones
que la hacen ser mía.