La quiero tanto,
y ni siquiera lo sabe.
No sabe que su risa es capáz
de devolverme la vida
y hacer más ligera mi alma.
No sabe que cuando pronuncia mi nombre,
hay una galaxia entera que se proclama sólo de ella.
No sabe que es lo más bonito que jamás he tenido.
y que me cautivó la belleza,
con la cual camina por la vida y sonríe,
dueña del mundo,
dueña de su propia felicidad.
No sabe que tiene los ojos más hermosos que he mirado,
y que quiero seguir mirando,
siempre.
No sabe que he tenido que aprender a amarle en silencio.
con el miedo de perderla,
resignándome,
reduciéndome dentro de mi misma.
Porque después de todo,
Verás, no es tan simple.
Cuando ella viene y con su mirada aún me hace pensar,
que sigue siendo mía,
en mis sueños,
en mi vida,
y que yo también soy de ella.
