Capítulo II

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Me sobresaltan tanto que mi móvil acaba en el césped, bocabajo.
Resoplo y lo recojo.
Cuando elevo la vista hacia el frente puedo contemplar su amplia sonrisa burlona.
Río irónicamente.

- Vamos, Elena.

Obedezco las órdenes de Álvaro y me levanto rápidamente del banquillo.

- ¿No te vas a presentar, morena?- aquel hilo de voz grave recorre mi cuello en forma de escalofrío.
- Es la cuñada de Álvaro, pero como si fuese la hermana pequeña, ni tocarla amigo.

Isco ríe y le agradezco el gesto.

- Me has caído bien.- Aclaro, dirigiéndome al malagueño, con total naturalidad intentando disimular los nervios que se tienen al estar al lado de tu ídolo.

Isco sonríe.
Este es el principio de una bonita amistad.

(...)

Isco, Lucas, Marco y Morata son como los cuatro mosqueteros; inseparables.
Alice está distante y no me preocupa lo más mínimo.
He entablado amistad con Maca, la novia de Lucas y está siendo un gran apoyo en mis primeras semanas en la capital.
Yo me alojo en la casa de Álvaro hasta que encuentre algo estable y decente, ya que Alice va por su cuenta y no quiere saber nada de mí.
En un par de semanas comienza la carrera y a penas conozco a nadie, tiempo al tiempo.
Isco, Morata y Lucas son mis hermanos mayores. Con respecto a Marco, nada que decir. Estoy convencida de que es el típico mujeriego, aquí te pillo, aquí te mato y si te he visto no me acuerdo.
Tampoco me he molestado en conocerlo, pero el simple hecho de que me pierdo en sus ojos cada vez que intento entablar una conversación con él, me conducen a no poder tener una opinión firme sobre su personalidad, ya que soy incapaz de hablar con él más de 5 segundos.
Isco dice que no me conviene, Morata que como me haga daño se las verá con él y Lucas... Lucas dice que nunca ha visto al chaval así.

(...)

10.00 a.m.

Hace calor, me sobra incluso la camiseta extra-grande que llevo por pijama.
Álvaro sigue dormido, a lo que yo me levanto, procurando no hacer ruido.
Bajo las escaleras sigilosamente y me pongo los auriculares.
Suena me rehúso.
Esta canción me trae demasiados recuerdos.
Subo el volumen e inconscientemente empiezo a bailar y a cantar, inmersa en mi mundo.
Me dirijo a la cocina y me preparo un vaso de colacao.
Estoy en mi mejor momento, motivación a full.
Una risa cálida recorre mi cuello hasta llegar a mis labios.
Supongo que era Morata y me giro con total seguridad para darle los buenos días.

Give me one reason || Marco Asensio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora